sábado, febrero 27, 2021

Aun con nada que soñar

 Aun en el tormento,

 aun en el fondo,


en el fondo del fondo;


¡aun

con todo este miedo!


aun con tantas pérdidas,

aun con millones y millones

de injusticias;


aun


con vos, allá

y yo, acá;


aun con nada por decir,

aun con nada qué soñar;


aun con las letras irreverentes,

desidiosas, somnolientas;


aun con su tan mínimo ímpetu,

su tan escasa voracidad;


aun sin esto que siempre fui

o quise o creí ser;


aun sin propósito alguno,

sin planes,

sin visión de futuro;


aun

si levanto mi cuerpo

con las fuerzas que apenas, alcanzan


ciertas mañanas;


aún 

existo;


aún

soy.


Si logra atravesar

este irreparable cansancio


el mismo trinar,

el de aquel pájaro;


a pesar de que el sol

vaya apagando su fuego

ante la proximidad del otoño,


¡aún están esos vigorizantes árboles

a punto de vestirse de amarillo, ocre, rojizo!


basta con ello,

pues es lo que no solo sirve,


sino colma, estremece,

invade el espíritu alicaído,


¡salva!





lunes, febrero 22, 2021

Un eco de quien o de lo que fuera

 Si hay alguien

allá, donde le dicen cielo


aunque el cielo

esté en todas partes;


si hay alguien,

incorpóreo, volátil,


una esencia,

una micropartícula

un conjunto de partículas;


algunos

lo llaman universo;


otros, Dios, Alá, Jehová,

¿importa el nombre?


si hay alguien, algo,

intangible,

inasible,


que pone a prueba

nuestra fe,

nuestras ansias de empezar el día,


nuestra fortaleza anímica, espiritual


para recomenzar, si es necesario,

una, otra vez y otra y muchas más


sin dejar de insistir,

sin renunciar;


aun, si se ha llegado a lo más oscuro

impenetrable, sórdido;


si existe, en verdad


un eco de quien o de lo que fuera

para todos estos pensamientos tortuosos,


para que no crea, 

no de por sentado


que no hay nada

más que los hombres

inmersos en sus egoístas urgencias


arrastrándose como bestias

en el estiércol del "sálvese quien pueda";


si existís,


si podés escuchar

estos latidos presurosos,


si entendés

este miedo, ¡este persistente, inmanejable miedo!

por no tener idea de cómo seguir,


a dónde ir, 


esta convicción fatídica

de haber perdido, irremediablemente,

mi pequeño rincón


aquel increíble refugio:

el de las palabras;


si esto es así


si ahora mismo estás ahí,

viéndome, escuchándome,


si tenés un rato

para mis cuestiones


no olvides


lo en tantas ocasiones

pedí.


Si no lo merezco,

hacémelo saber;


si no soy digna

de tal bendición,


enviame

una señal;


Si resulta todo lo contrario,

revelame ángel, luz, esencia,

demonio, 


si volverá

de uno u otro modo,


si llegará el día,

el instante


en que lograré, al fin,

curar, cerrar


esta úlcera del alma.



jueves, febrero 04, 2021

Tantas verdades, tantas mentiras

Palomas blancas

circundan mi  no-descanso;


plumas inmaculadas

sobre la almohada vacía;


vacía de sueños,

vacía de secretos,

vacía de expectativas;


¡que horrible

esto de no sentir nada,


ni miedo,

casi...!


al menos,

era difícil

pero era un condimento;


gris 

todo se ve gris;


las palomas

también se han vuelto grises,

otras, adquirieron un tono amarronado;


me acechan,

me miran, alternativamente,

con alguno de sus ojos;


apenas, si les temo;


es como si la intensidad

de cualquier sensación,

ante cualquier experiencia


se hubiera apagado;


no sé si volverá aquello,

lo de antes;


si volveré a temblar,

a experimentar ese nudo en el estómago

que provoca el amor, también, la desilusión,

también, la angustia,


también, la incertidumbre;


soy un ser

que cumple tareas,


alguien

que empiezo a no reconocer;


tareas rutinarias,

insustanciales,

adormecedoras:


las repito, las repito,

las repito;


y lo que hago hoy

creo ya haberlo hecho


y fue ayer

y anteayer


y antes;


recuerdo, con nostalgia,

cuando de la nada,

lo obtenía todo;


cuando la más insignificante tontería

era motivo de risa;


cuando me conmovían

tantas cuestiones,


¡cuando lloraba con tanta facilidad

ante el relato de alguna vivencia 

de parte de quien fuera,


también ficticia,

proveniente de cualquier autor

en algún libro o de un guionista en cierta película!


como si un velo oscuro,

impenetrable,


me ocultara

aquella magia que solía capturar


en lugares, situaciones

que a la mayoría pasaban, siguen pasando

inadvertidas;


yo no soy

o no era así;


saber tantas verdades,

todas juntas;


saber tantas mentiras,

todas juntas;


confundirme

en medio de noticias,

informaciones de todo tipo


anularon


mi capacidad

de trascender

todo eso


y más.


Quebraron mi esencia,

me robaron las fuerzas,


fagocitaron


mi otrora voraz

espíritu.

Cristina Del Gaudio

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