sábado, febrero 26, 2022

¿Piedra libre?

Detrás, dentro

del mueble antiguo,


en el rincón más impensado;


alguno, 

al amparo de un árbol frondoso;


otro, debajo de alguna cama,

en un rincón de una casa poco visitada,

polvorienta;


en el automóvil

de un familiar, de un amigo;


todo servía, 

todo sirve


para esfumarse

de ese niño temido,

en su rol despiadado

del "persecutor";


luego de contar hasta cien

comienza la búsqueda;


puede que otro de ellos,

el más astuto,

logre escapar de su provisorio escondite


y alcanzar el objetivo

sin ser descubierto.


Si lo logra, 

aferrado a la ansiada pared blanca

gritará, gritará con todas sus fuerzas:


¡piedra libre, piedra libre

para todos mis compañeros!


y salvará, de ese modo,

a los otros jugadores


que correrán a tocar

uno por uno

el muro del triunfo;


de no ocurrir esta situación,

en caso de ser descubiertos, 


perderán.


Todos perderán.


No habrá "piedra libre",

no habrá pared,

no habrá muro de triunfo


y el niño en el rol del "persecutor"

sonreirá, satisfecho


mientras camine, rápidamente,

hacia su casa


-no vaya a ser que la mamá lo rete

por haber llegado tarde a la hora de la merienda-.






domingo, febrero 06, 2022

Tan pocas opciones para ilusionarse

 Si te escribí

 lo que te escribí,


si pretendí

herirte,

aunque pasaron años

de aquello;


si me acuerdo de vos

con rabia y resentimiento,

en ocasiones,


en otras,

con tristeza y decepción;


si busco tu perfil

así, nunca encuentre ni una sílaba;


si lo intento

de todos modos


aunque sé que nada,

absolutamente nada


servirá;


¿por qué 

algo me dice que insista?


¿por qué

si se supone que ya no te guardo

dentro mío


como lo hice

durante tanto tiempo?


¿por qué?


¿porque es domingo,

de noche,


y no estoy sola

pero lo estoy?


¿porque mañana comienza

una semana nueva


pero vos seguirás allá

y yo aquí, tan lejos, cada vez más lejos?


¿se trata de un capricho,

una obstinación en traer y volver a traer

un mero recuerdo, cada vez más desteñido,

débil, incierto,


súper súper imposible?


¿es una obsesión,

sos una obsesión,


una adicción

de la que no puedo rehabilitarme?


no sé.


Lo único certero

es que es domingo.


De noche.


Y algunas lágrimas residuales

todavía claman por vos, por nosotros,

por aquello;


será porque hay tan pocas opciones

para ilusionarse, para sentir,


¡sentir todas esas cosas!


que necesito, imperiosamente,

buscarlas


en lugares, bares, situaciones, actitudes,

besos, instantes, caricias, palabras,


todo parte de ese sitio

virtual, 


pues, hace rato

se instaló en una fracción del pasado


que como comprobamos una y mil veces

no podemos, no queremos, 


o tememos


resucitar.



Los amores, si en verdad lo fueron,

nunca desaparecerán

del todo;


sus protagonistas


andan, andarán

de aquí para allá

pregonando su existir


armado

de una u otra forma


o desarmado,

tal vez, más libre;


aunque exista

atesorado en un arcón secreto,

un nudo, una espina


que lacera, corroe;


se evita, se niega,

¿se olvida?


¡es que hay que seguir!


porque es difícil

desarmar lo armado,


como difícil

armar lo que se desarmó;


entonces, los unos y los otros

cuando cierran, cierren los ojos

solo quieren, querrán dormir


mas ¿cómo apaciguar

la resaca de los besos,

las miradas, los tantos recuerdos?


¿cómo silenciar

las palabras, ¡las voces!:


esos aullidos alterando la soledad del cuarto?


unos y otros

no pueden, no podrán

detenerlos


o no lo desean, ni lo desearían.


Incluso los buscan,

los buscarán,


inconsciente o conscientemente,


¡desesperados!


cual mendigo hambriento

alguna moneda, un billete,

en medio de la oscuridad amenazante;


por eso, insisto:


los amores,

si en verdad lo fueron,


nunca desaparecerán

del todo.


Nunca


desaparecerán


del 


todo


.


(...)







Cristina Del Gaudio

Seguidores