martes, enero 21, 2020

Palabras atragantadas

Quise escribir.

Las lágrimas
enturbiaron mi visión;

quise quitarme
ese dolor,
esa ira,

¡todas esas injurias!

el pulso me temblaba
y nada pude hacer,
nada pude expresar,

solo balbucear...

a m o r...
a m o r...

Nadie me escuchó,

-a casi ninguno importan
estas cuestiones-;

solo el dinero,
solo el tener;

quién gana más,
quién, menos,

a quién le roban,
quién roba,

quién ¿gana?
quién ¿pierde?

solo contaban billetes,
algunos, escondidos dentro de cajas inmensas;

otros,
lo que quedaba en sus bolsillos,
algo descosidos.

Muchos

caminaban
mirando al suelo,

no por vergüenza,
no por desazón,

¡en busca de una moneda,
un billete,
lo que sea!

para saciar el hambre
al menos, por un día;

y yo...

a m o r,
a m o r...

apenas,
podía pronunciarlo,
mucho menos, pedirlo...

recibí risas
exclusivamente, irónicas;

provenían de rostros
envejecidos por la avaricia,
por el miedo;

¿acaso, se fijarían,
alguien prestaría atención
a una pobre poeta, ¡una loca!?

el dólar esto, aquello,
el dólar aquí, allá,
¿qué conviene? ¿qué no conviene?

y yo,

¡encerrada
en el más hermético silencio!

¡increíblemente, muda,

con tantas palabras

atascadas en mi garganta!
en la garganta!

Cristina Del Gaudio

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