uno puede, podría encontrarse
con quien menos esperaba,
con quien dejó de lado,
a quien no dio demasiada importancia;
al que tan poco escuchó,
al que apenas, prestó atención;
en una tarde cualquiera
uno puede, podría hallarse,
uno puede, podría perdonarse,
uno puede, podría entenderse.
Y si siente miedo,
angustia, ansiedad,
uno mismo puede, podría abrazarse,
contenerse,
¡darse ánimo,
dejarse caer
y luego
levantarse!
preguntarse por qué
se siente de un modo u otro,
se justifique o no.
Es uno, antes que nadie
quien puede, podría,
debe, debería aceptarse:
aun, triste,
aun, inseguro,
aun, al imaginar cosas horribles,
¡aun, al enamorarse de alguien totalmente imposible!
¡uno puede, podría permitirse
el vuelo libre, despojado de prejuicios
de sus pensamientos, de sus sensaciones!
uno puede, podría sentirse seguro
con su propia compañía.
Reírse de sus errores,
de sus torpezas, de sus olvidos,
¡reírse con, sin motivo!
Es muy probable
de que nada sería igual
si se produjera tan increíble encuentro
en una tarde
cualquiera.