jueves, octubre 08, 2020

Expedicionarios

 Arde

un nuevo sol,


un sol distinto,


se siente, se vibra

de otro modo


pero está.


Sin saberlo,

me pertenece,


¡y a tantos!


expedicionarios, incansables,

de antiguos sueños,


recortes de la otra,

de otras vidas,

miradas, contactos, palabras;


buceando, en un mar más que bravío,


el implacable mar

de la espera sin fin;


Sonrío, sonríen, sí,

no es alegría,

ni gozo,

-mucho menos, felicidad-;


es la risa estricta, necesaria

para que no se descorra, -no todavía-

el velo del miedo,

del asfixiante desasosiego.


Alguien saluda,

me saluda,

lo reconozco, me reconoce;


como el sol,

¡todavía estamos acá!


por ese pensamiento al unísono

la mueca obligatoria se vuelve sonrisa,

dentro de los respectivos barbijos;


En tanto, sigo mi camino,

o no camino


con, sin

rumbo


haciendo lo imposible por no rozar

la línea divisoria entre la tierra

digamos, firme


y el precipicio;


(no es cuestión de ser


uno de los próximos).


Cristina Del Gaudio

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