sábado, octubre 10, 2020

Deseo trunco

Ninguno supo,

en verdad


por qué

sucedió lo que sucedió;


no hubo conversaciones,

ni aclaraciones,


no se repitieron

intercambios de ningún tipo


luego

de aquello;


nunca lo sabré ni lo sabrás


el por qué,

o crearás tu auto-historia

dentro de tu aturdida cabeza


y yo crearé la mía,

seguramente, muy distinta;


no, no lo sabremos,

no lo sabré, no lo sé


por qué aún mi corazón, mi alma

se relamen en los mismos recuerdos

mencionados hasta el cansancio,


gastados, deshechos, irrecuperables;


extintos por la distancia,

en todas sus facetas;


nunca sabrás

de estos latidos,

de este enrojecimiento súbito

de mis pómulos


cuando algo, lo más insignificante,

me hace recordarte,


extrañar

hasta lo malo.


Y todo se disipa,

y deja de importarme dónde estoy parada,

a dónde me dirijo,

qué está pasando,


si todo es amenazante,

si no pasa nada;


¿nada?


nada más,

nada menos


que ese deseo trunco

de haberte tenido siquiera

por un momento,


ahí, 

enfrente de casa


esperándome

con esa sonrisa que nunca volveré a ver


-borré todas esas fotografías-.


Y entonces


¿cómo se sigue?


yo escribo, pido perdón,

me enojo, me des-enojo,

vuelvo a pedir perdón,

explico, cuento, añado...


y no sé si te pasa algo

con todo eso,


no sé si leés algo,

si aún te acordás, 

así fuera del peor modo


de mí,

de nosotros,


de aquello,


llamalo


como prefieras.

Cristina Del Gaudio

Seguidores