¡Héroes!
porque resistimos;
porque nos levantamos
día tras día,
con las fuerzas que nos quedan,
con las fuerzas que nos imponemos;
es el espíritu:
nos hace incorporarnos,
nos empuja, estimula,
invita a trascender;
nos dice algo así como: -vamos, una vez más,
falta poco, no renuncies,
no te des por vencido,
no-.
Héroes
porque todavía,
pese a todo,
el amor nos enciende,
nos recuerda el vuelo,
nos devuelve, nos devuelve
y nos devuelve
a la vida,
en cada declinar,
en cada no querer seguir,
en cada sentir
que no podemos más;
en cada abandonarnos;
es el árbol,
es el cielo, es el sol,
son las personas,
son los que tanto amamos;
y es ese suave, mullido, susurro
en nuestras almas;
¡no todo está perdido!
hay mucho por hacer,
hay mucho por lo que luchar,
hay mucho por crear, aprender, trabajar, construir,
reconstruir,
¡crecer!
no habrá
no lo habrá
un día igual al de hoy
ni al de mañana;
cuenta respirar hoy,
poder contar lo que nos pasa hoy,
poder no contarlo hoy,
poder
o no poder más
y de todos modos,
continuar;
héroes
sin capa ni espada,
ni escudos protectores,
aun inmersos, absorbidos, confundidos,
atemorizados
por una de las peores catástrofes
que ni siquiera vislumbramos;
héroes
porque seguimos estando,
porque seguimos eligiendo
así, nos impidan elegir;
porque seguimos siendo y pensando
lo que sentimos y pensamos.
Héroes
porque nada cambiará
quienes somos.
Nada.
Nadie.