miércoles, diciembre 09, 2020

Todo está en orden

 Quizás,

 no te perdoné,


-como reza una canción

olvidada-,


el no poder olvidarte;


así, me obstine,

¡me convenza!

de lo contrario.


Es probable


que todo siga 

como antes,


solo que lo hice carne,

piel, espíritu


lo hice parte mía


y no me resulta tan fácil

o nada fácil


desprenderme


de tremendas sensaciones

únicas, irrepetibles.


¿Qué hago?


¿cómo no escuchar tu voz entre miles de voces?

¿cómo no verte en rostros tan similares

o no tanto o para nada?


¿cómo no asociarte a un tema musical,

no necesariamente el "nuestro",  

sino cualquiera,

uno que ni siquiera

mencione al amor,


que simplemente,

mencione algo que en algún momento mencionaste

aunque no sepa precisar en qué situación,

por qué motivo?


se hace difícil.


Se vuelve imposible:

esto de fingir que todo es "normal";


creérmelo

para que los que me quieren

lo crean también;


a veces, no puedo más

con todo esto.


Puedo citar al virus,

puedo culpar a la crisis económica,

moral, social,


al gobierno, a los vecinos,

a quien fuera o a lo que fuera.


Pero el estómago se encoge de dolor

y no es una indigestión


o sí:


no pude, no puedo todavía

digerir, asimilar

las consecuencias de aquello,


el dolor

que supongo, nos quedó a ambos;


no soporto más

esta compañía que no acompaña,


¡añoro aquel contacto

que sí me acompañaba,

curiosamente,

desde tremenda distancia!;


sin vernos,

sin tocarnos,


tan solo, 

palabras, emojis,

expresiones de todo tipo


¡pero significaban tanto!


no fueron unos días,

¡fueron años!


en ocasiones,

los pienso perdidos,


-cuando me enojo

no con vos sino conmigo-;


en otros momentos,

como hace un rato, ahora mismo,

dentro de un momento, no sé,


extraño todo aquello,

todooooo, hasta lo horrible, 

los reclamos, los insultos, 


ese no tenerte

y saberlo

y saber, además,

que jamás te tendría; 


sé que resulta incomprensible,

-hasta masoquista-


este llanto atrapado

por dentro,

durante tanto tiempo;


este permanente

estado de implosión;


¡la muy extrema necesidad de descomprimir

un daño que me fagocita!


aunque me vean

o me imaginen

sonriendo


y les cuente, les muestre


que todo está en orden


por acá.



Cristina Del Gaudio

Seguidores