Los ratos
que te sobran.
los ratos
de libertad,
breves, ¡tan breves!
ya ni siquiera espero,
poco a poco
deja de importarme;
dijiste que podía contar
con vos;
no me aclaraste
que en los breves, casi inexistentes momentos
en que no tenés a la policía controlando;
a diferencia tuyo,
soy libre
puedo escribir,
enviarte un poema,
una canción,
¡un mensaje grabado!
y vos
nada.
Tal vez, te aburriste
de esta cosa algo amistosa
y yo no lo quiera ver.
¡es que estoy cansada
de perder
personas, cosas, posibilidades!
tal vez, no insista
movida por ciertos sentimientos;
tal vez, sea costumbre,
necesidad de una voz, siquiera escrita,
del otro lado,
simulando que le preocupan
mis cuestiones;
no sabés, siquiera,
nada, en absoluto,
ni de mis lágrimas;
apenas, un brevísimo resumen
de alguna situación que me agobia
a la que nunca
sabés responder
como desearía;
mucho menos,
contener;
en cambio, yo supe de tus crisis,
de tus miedos, de tu agobio
y allí estuve
y conseguí animarte,
de algún modo, devolverte
a la vida;
pero sin embargo
no hubo, no hay similar devolución,
ya ni una devolución
inmediata,
como lo hacías;
sí, ya sé que no es amor,
ni pasión, -no, nada de eso-;
pasa que en otro tiempo
conté con tu apoyo, con tu oído
y hoy
apenas te escribo esas dos, tres palabras
necesarias...
¡lo sé, es realmente patético!
una especie de comprobación
de tu existencia,
o quizás,
de un atisbo de interés
que sea
algo más que un simple cumplido.