Una parte.
Podrá parecer poco,
depende el día,
el estado de ánimo.
Depende.
Me quedan pocas o casi ninguna
certeza;
o la única:
la de esa parte de mí
ausente,
aquella que te llevaste
sin saberlo, sin importarte.
Y me quedé tiesa
o mejor dicho,
esa parte de mí
quedó tiesa,
esperando sin esperar,
ni sentir,
casi robotizada.
Una parte que tanto apreciaba,
que me identificaba,
o ahora lo supongo.
Mi parte pasional,
instintiva,
animal, indomable.
En esta "corrección" sentimental,
esta interrupción
hasta de los sueños
en la que sobrevivo,
me encuentro perdida
o no me encuentro.
Aún quedan las letras, claro,
ellas siempre quedan,
ellas siempre impulsan
con ellas puedo hasta inventar
que esa parte sigue estando;
que no te la llevaste
sin saberlo,
sin importarte.