Así a nadie,
en absoluto
le importes;
así
nadie detenga su mirada
a tu paso,
ni dirija su atención
hacia tu persona,
ni te escuche,
ni te hable,
¡ni te salve,
mucho menos!
así
te quedes solo
y sientas
que una isla inmensa
es y será tu destino;
cultivá tu flor,
plantá tu árbol,
escribí tus poemas,
florecé con tu flor,
expandite con tu árbol,
colmá tu espíritu, desahogate, crecé
con tus versos;
cantá en silencio,
cantá a viva voz,
por donde sea,
esté quien esté,
sea cual fuera
el lugar, el momento,
lo que digan,
-porque quizás, en esa circunstancia
sí repararán en vos-
para criticarte,
para censurarte,
sin siquiera conocerte,
sin haberse molestado en entenderte,
así hayan estado muy próximos;
así se trate
de alguien muy allegado,
incluso, de tu familia;
hacé lo que te guste,
respetá tus propias elecciones,
no subestimes a tus sueños,
ni a tus ideas
dejándote llevar por habladurías,
inmerso en las penurias
que acarrea
la renuncia a la propia esencia;
no, no hagas caso
a quienes no valen
la pena
ni la alegría;
¡vos sabés quien sos!
conocés tus debilidades,
tus fortalezas;
sabés qué te hace feliz
y qué te pone triste;
seguí ese camino,
el que siempre supiste tuyo,
así lo hayas considerado inalcanzable;
nadie te querrá
como lo harás vos;
nadie tendrá interés
como vos mismo
en tus historias, tus anécdotas,
tus necesidades, tus miedos,
nada tocará su corazón
como lo hace, lo hará con vos;
sé el que sos,
ninguno podrá con ello.
Jugate
por entero.
¡Y ganá!