Hay días ventosos,
-¡qué día horrible!-
decimos o pensamos;
hay días lluviosos,
también suelen molestarnos,
enojarnos, quizás;
¿y que sucede en los días soleados, cálidos?
¡tantas veces también nos disgustamos
por uno u otro motivo!
nuestro día interior,
la construcción diaria de nuestro ánimo
depende, antes que nada,
de nuestra cabeza;
deberíamos refrescar nuestros pensamientos,
acudir a recuerdos de vivencias felices,
para renovar las esperanzas
de próximas experiencias
aun mejores.
Si tus días felices
se apagaron,
por el motivo
que sea: pérdidas, problemas económicos,
temores, enfermedades...
Recordá
que siempre puede haber
un regreso;
solo la muerte (física)
es irreversible;
¡que no nos llegue
estando vivos!
no cesemos en la lucha cotidiana,
en el intento
poco a poco, como se pueda,
de enfrentar esos temores,
las angustias,
las pérdidas de seres amados,
los padecimientos
causados por una enfermedad determinada;
todo, lo que sea,
puede revertirse;
entretanto, sería bueno cambiar nuestra actitud
frente a cualquier obstáculo:
ya me curaré,
Dios -o en quien se crea- me sanará,
el Universo
estará de mi lado,
todo saldrá bien.
Y no olvidarse
de otros momentos, seguramente varios
en que nos enfrentamos a situaciones
iguales o similares:
¡y las superamos!
¡y estamos aquí!
porque somos fuertes,
mucho más de lo que creemos.
Nada, nadie, jamás
podrá con nuestro poder espiritual;
entonces "(...)la muerte
no tendrá dominio",
-parafraseando al genial Dylan Thomas-.(*)
(*) Dylan Thomas: poeta, cuentista, dramaturgo galés. (1914-1953).