Dicen
que recibí un "súper poder";
me gusta más,
como en USA
llamarlo gift;
alguien, algo,
lo depositó en mi cabeza,
en mi espíritu, en mi corazón,
¿en mis sueños,
en mis pesadillas?
un regalo
inesperado,
poco valorado por muchos,
-incluso por mí misma,
durante mucho tiempo-;
cualquier objeto
era a mi juicio,
más importante;
cualquier logro,
así, no fuera lo que me rehabilitaba,
me despabilaba
de la insoportable cotideaneidad,
del vacío;
me parecía un éxito,
el "haber llegado"...
¿a dónde?
¿se trata de llegar
o se trata de seguir caminando,
aprendiendo, disfrutando,
-penando también-,
incorporando
un poquito más de sabiduría,
de experiencia
a cada instante?
son cosas
que me planteo
y lo bueno
es seguir haciéndolo
seguir planteándomelo,
seguir explorando ese gift
en busca
de más y más sorpresas;
¡es como una fiesta de cumpleaños
con miles de bolsitas de juguetes!
nada acabará
para mis encumbradas letras,
encumbradas por mí,
antes que nada;
hoy
apreciadas,
hoy
refugio,
calor,
¡fuego!
hogar;
durante mucho tiempo,
mucho
ni mencionaba esto,
no, no se lo contaba a nadie;
¡me avergonzaba!
no se trata de dinero,
no se trata de aprobaciones, felicitaciones,
ni premios;
todo eso es relativo,
es solo la satisfacción momentánea
del ego;
se trata, para mí, del mejor obsequio:
el de poder expresarme
¡y de que otros lo lean!
quizás, les sirva de algo,
los aliente, les aclare lo que fuera
o les siembre dudas,
¡está bien dudar,
mantiene a nuestra mente activa!
en fin,
llámese gift, don, super-poder,
como sea,
es parte de mi cuerpo,
de mi alma,
como un órgano,
como una luz enceguecedora
-o esclarecedora-.
Claro que algún día
se extinguirá
y tal vez, no sé,
quede un poco de lo que fui, soy o seré
en cada una o en alguna de las frases,
pensamientos, delirios
de esta
digamos, poeta.