Jamás
voy a perdonarme.
Y eso que creo no ser ya
tan dura
conmigo;
pero estoy segura
de que hoy
no actuaría de ese modo;
ignoro cómo pedirte disculpas,
lo intenté en mil modos,
¿sabré algún día si me perdonaste?
por eso, me duele
el paso de los años.
¡No poder revertir aquello,
no poder volver a conversarlo,
quizás, no digo algo más,
solo siquiera, entendernos!
formaste parte de mi vida,
una parte muy importante.
Y me siento impotente,
muchas veces, sola;
¿quién podría entender
la forma horrible en que me vengué
simplemente
porque habías cambiado,
hablaste o escribiste
sobre tener otro tipo de relación,
un vínculo menos fuerte,
menos comprometedor?
de todos modos,
lo que hice no estuvo bien.
Hoy entiendo
que si uno ama a alguien
de verdad
no puede, no debe,
¡no debería, en ninguna forma!
hacerle daño.
Pero juro que no pude controlarme,
tal fue el dolor, la desesperación,
¡no sabía cómo seguir,
qué hacer, en qué pensar!
me culpé,
me culpo todavía.
Y vuelvo a disculparme.
Así
no leas esto jamás,
ni lo que escriba en un rato,
mañana, el año que viene;
así
hayas decidido
desaparecer,
volverte absolutamente
inaccesible.
¿Protegerte
de mí?
me duele pensarlo
pero podría ser...
La pregunta es:
¿qué hago con este sentimiento
mezcla de arrepentimiento, deseos de reencuentro,
amor, enamoramiento, pasión,
-como prefieras llamarlo-?
¿qué hago, por otra parte, con el desfile interminable
de recuerdos lindos, emotivos, apasionados,
¿felices?
porque esto también se dio
antes, luego y después.
Si se te ocurriera leerme
algún día
entenderías
cuán presente estás
y estuviste
en mí,
durante años,
muchísimos años.
Ahora mismo.