Sé que no te gustarán,
en absoluto,
estas palabras;
sé bien
que hacés de cuenta,
que intentás olvidar;
también yo lo intento,
en vano, claro;
sé que pese a todo,
hay algo,
no sabría cómo definirlo
-o sí pero te enojarías y mucho-;
que nos hace quienes somos,
que nos sostiene,
nos eleva, a veces,
nos derrumba, otras
cuando uno, vos, yo,
se aleja por un rato,
se pierde en imágenes
encandiladoras
sabedor
de que nada de lo que proyectan
se repetirá,
-al menos, no del mismo modo-.
Así el viento
me traiga desde allá
tu nombre,
tu olor;
me cuente lo que estás haciendo,
me revele tus pensamientos:
los de ayer, los de hace un rato,
los de ahora mismo.
los árboles
en su meneo otoñal,
también forman parte
de esa insistencia en hacerme recordarte;
¡la música!
ni hablar.
Hay canciones
que me hacen llorar,
películas, series,
lo que fuera
que te devuelven,
inexorablemente,
a mi cabeza,
a mi corazón;
Las distancias
no impiden nada.
Los sentimientos,
si son verdaderos,
son eternos.
Aunque todo esto
te perturbe,
basta con que hagas como siempre:
no lo leas.
Pese a toda resistencia,
subyace en mí
la idea,
el sueño
de que algún día
leíste, leés o leerás
algo de tanto
¡de tanto que escribí y voy a escribir
en honor a un amor más que tremendo!
al punto
de enfrentarse a kilómetros,
personas, responsabilidades,
temores, dudas
y más;
no concibo el amor,
ese tipo de amor
de otra manera.
Sigo mi vida
como si siguiera
pero siempre,
así pasen los años,
persistirá
la ilusión
de tu regreso.
Por ahora,
se concreta
tan solo
en un lugar particular, único
de mi ser.
¿Te pasará
algo similar?
no hace falta.
Me basta con arrojarme al retorno imaginario
de esas vivencias:
las primeras, las que siguieron,
las más recientes.
Me basta
con que existas.
Insisto: sé que no te gustarán
en absoluto,
¡de ningún modo!
estas palabras.