Ideas
restauran,
despabilan,
acompañan;
ideas
a partir de un ayer,
de un hoy,
a futuro;
ideas,
propósitos,
a su servicio,
¡tantas expectativas!
ánimo,
toda nuestra energía;
ideas
de aquel amor,
de un nuevo amor,
de un amor
que algún día llegará
y fueron flores,
son, serán flores
para el inmenso
habitáculo
de nuestra alma;
se eternizarán
en ella,
en el corazón;
las ideas que enviemos
a nuestra cabeza
serán la guía,
serán el estímulo;
no nos permitirán
decaer, ni dejarnos llevar
por suposiciones negativas
que quizás
o muy probablemente
jamás se hagan realidad;
ideas
mientras observo al mismo pino,
los mismos árboles floridos
que rodean las vías,
la antigua casa
con techo de tejas
que se abre al incipiente sol
dudoso en exhibirse por completo
-aunque esté siempre-;
no es difícil
entenderlo
ni practicarlo;
se comienza
con una amplia sonrisa
y un gracias a la vida,
se sigue
con el café que acompaña
diseños, escritos, todo tipo de empeños;
y luego
el día
será, como todos,
único
pero también
maravilloso
y ¿por qué no?
inigualable.
¡Hoy pueden cumplirse esos sueños!
si no se dan hoy será mañana
o cuando sea;
lo importante:
no abandonar
la visualización,
el empuje,
las fuerzas,
la esperanza;
así, todo parezca imposible,
así, una infecciosa voz interior
nos incline a resignarnos a la nada.