En verdad, ¿eso sería posible?
¿en algún momento te tuve?
y vos...
¿me instalaste, siquiera por un microsegundo
en tu cabeza, en tu corazón?
no lo creo.
¡No se puede perder
lo que nunca se tuvo!
no hay "esfuerzos" que valgan,
mucho menos, súplicas,
¡ni preguntas!
jamás se obtendrá
la más mínima respuesta.
La vida sigue,
por suerte,
aquí, allá,
llegan las lluvias, los truenos,
los días de sol,
los días de risas,
los de penas;
aquí, allá
y donde sea
la gente pierde a personas
que sí estuvieron a su lado,
-a quienes sí les importaron-.
Sin embargo,
continúan,
luchan,
no detienen
sus empeños
aunque, entre lágrimas
recuerden los momentos claves
de quizás la más bella película
que vieron
¡y vivieron!;
entonces
no cabe llorar
por imposibles;
ni siquiera si arrecia la peor tormenta,
ni siquiera si alguna que otra lágrima
confunde, amenaza
atribuyéndole a ese amor imaginado
por uno,
manipulado por el otro,
un sitial que no merece,
ni por un maldito segundo
opacar
tan preciosa, invalorable
existencia.