Sin que tenga que pedírtelo,
sin que tenga que pensarlo,
ni desearlo, siquiera...
sin que tenga que llorar
por dentro, por fuera
donde sea que me encuentre;
sin que tenga que pedírtelo,
sin que sea preciso
hacerme visible, leíble,
exponiéndome
a una nueva decepción,
un agujero más en el alma;
sin que tenga que hacer nada,
sin que tenga que aparecer en ninguna parte,
así quisiera
que reaparecieras,
del modo, por el medio
que fuera;
sin condicionamientos,
sin espejar mis conductas,
mis palabras;
sin que un mensaje de "buena semana"
sea en tus letras, también,
un "buena semana";
que surgiera
que el Universo
lo determinara:
que me llamaras,
que me escucharas,
¡que te importara!
que me amaras.