No es otro día de sol,
no es otro saludo
a las personas con las que uno se cruza
con frecuencia;
¡es el día más importante e inolvidable!
haya o no sol;
el día en que despertamos
y agradecemos estar, tener ganas,
tomar nuestro café,
mirar por la ventana
y soñar...¡nunca dejar de soñar!
por eso, no es un mero día más,
podría ser el mejor de nuestra vida
o uno de los mejores:
si los recordamos y olvidamos por un rato
los que no fueron tan buenos,
la sonrisa volverá
y otras, muchas, le seguirán
entonces, el resto de este otro,
de este nuevo comienzo
será nada menos que eso:
un nuevo comienzo;
nada se sabe del día siguiente
hasta que llegue;
¡cuántas veces imaginamos
lo peor y no sucede, sino todo lo contrario!
hasta los recuerdos
se transforman de un día para el otro:
la perspectiva,
el modo de pensarlos, de traerlos de nuevo,
su comprensión,
su aceptación.
Por eso,
no es un amanecer, un atardecer más
sino menos.
Sería grandioso salir a vivirlo,
¡ya, ya mismo!
antes de que la noche lo oculte
en su manto oscuro
y nos reenvíe
a la incertidumbre
del mañana.