Personas
que siempre estuvieron,
con quienes te encontrás
y saben de vos, de antes,
¡de tantas cosas!
sin embargo,
se planea un encuentro
y nunca se produce;
personas
que te reconcilian con la que eras,
la que siempre fuiste
y quizás, a veces,
te olvides -o te hayas olvidado-;
personas
en las que sabés
podés contar, siempre,
las que son de confianza
¡de verdad!,
-y no es lo que abunda-;
de pronto,
el sol de la infancia, de la adolescencia
parece brillar
en reemplazo del sol
de las preocupaciones,
de los años vividos,
de los momentos
de melancolía, de miedo,
de tristeza;
las hay:
urge saber reconocerlas,
valorarlas,
poder trasladarlas,
como ahora, como en este,
en tantos escritos,
es el premio,
es el agradecimiento,
por estar siempre,
por haber estado
¡y no haberlas reconocido
como merecían!
¡Gracias enormes,
vecinos y amigos
desde que era "así"! de pequeña (imaginen el tamaño...)!