No fue planeado,
no fue leído ni escuchado
en ninguna parte;
de pronto,
mi propio cuerpo, mi alma
intentaron ¡y lo consiguieron!
defenderse de esos malvados:
egoístas, carentes de empatía,
envidiosos, poseedores ancestrales
de vibraciones negativas.
como si se tratara de algún virus,
de alguna peste:
¡hasta mi subconsciente
intervino en la "cura",
los suprimió de mis sueños!
nada que me haga mal,
nadie que me haga o intente dañarme
entrará.
Mi auto-exorcismo
inconsciente
-o no tanto-,
pudo y podrá
contra esa negatividad,
porque no la merezco
y sí merezco
su exterminio;
será donde quiera
y cuando quiera
y como lo quiera;
mi corazón, mi mente
esta vez concuerdan en ello;
solo yo
puedo abstenerme,
puedo protegerme,
puedo incentivarme,
puedo valorarme,
así, quien sea
intente penetrar,
distraerme de mi propósito,
acechar, competir maliciosamente, desmotivarme,
incluso, ignorarme,
-aunque esto es y sería preferible-.
¿Vuelvo a ser la de antes,
la que reía por todo y por nada,
la que hacía lo suyo
solo porque le era dictado,
-solo y nada menos-
porque era su trabajo,
su propósito, su objetivo?
En parte sí,
en parte no.
El tiempo
exacerbó la importancia
de ciertas cosas
y minimizó
la de otras.
Antes ni pensaba
en estas cuestiones.
Hoy
por mí,
sigo en mi quehacer
pero no me distraigo
con cosas ni personas
que no valieron ni valen la pena
solo restaron
solo restan.