Amiga inolvidable:
nunca, ni por un instante,
te olvidé;
amiga
que me llevaste de la mano
a ese sitio
en el que nunca había estado
y vos sí;
me acompañaste,
nos devolvimos una a la otra
los tiempos despreocupados,
festivos:
los de la adolescencia;
sabías de mi dolor
por no haber asistido antes allí,
por no haber hecho lo que tenía que hacer,
mi sueño, mis letras, ¡mi vida!
sin vos
supongo,
no hubiera podido;
luego
seguí sola el camino,
a veces, miedo, mucho,
a veces, cansancio,
muchas más veces
felicidad:
la felicidad
de haber podido acceder
y ser parte
de lo que creí
ya no podría: (los años,
la casa, en fin...);
aun recuerdo
muchos de aquellos momentos:
¿te acordás de "el político"?
¡Si nos habremos reído,
imaginándolo en tal o cual situación,
parafraseándolo!
sin que él
lo supiera,
-quizás, nos haya olvidado-.
Amiga:
hoy te veo mayor,
como yo,
¡aprendiste tanto,
creciste tanto,
desde aquellos días!
amiga:
te quise de verdad,
¡por amiga de las verdaderas!
tal vez,
aún te quiero,
tal vez,
en mis mejores memorias,
seguís estando
y aquellas risas,
¡y tantos de aquellos momentos únicos!
estarán en mí por siempre.