Buscaba
envuelta en tinieblas:
"tengo que verlo,
¿cuándo fue la última vez
que lo vi?"
no podía responderse,
no en el marco de esa experiencia onírica;
reaccionó,
abrió los ojos
y recordó
que hacía años que no lo veía,
que no sabía nada de él;
le escribió
y alguien,
-no estaba segura
de que fuera quien creía-,
lo leyó.
Eso fue todo.
Ella, claro, sabía
que esa relación había terminado
muchísimo tiempo atrás;
aún así,
no era de las que se rinden;
luchaba hasta el final
y en el caso de aquel horrible sueño,
trascendió el supuesto final:
reintentó el contacto;
pero transcurrieron algunos meses
hasta que obtuvo una respuesta,
sin saber de quién,
ni de dónde provenía:
alguien le anunciaba la muerte
de su antiguo amor.
Un temblor, imparable,
una sensación espantosa de desasosiego,
¡de pánico!
invadió su mente, su cuerpo,
su alma;
¡muerto!
¿cómo había sucedido?
¿se trató de una enfermedad,
de un accidente?
(no hubo más píxeles
que agregaran información
a la frase menos esperada).
Quería llorar
pero las lágrimas llevaban tanto tiempo
en su interior
que se habían fosilizado.
Su dolor era inmenso:
los recuerdos: las risas, las complicidades,
¡tantas cosas!
se superponían
en sus pensamientos,
le costaba traducirlas,
transcribirlas, ¡contarlas, compartirlas!
se quedó tiesa
por un largo rato.
Su madre
entró en la habitación
en donde su ex-alegre hija
leía, descansaba,
tenía aquellos otros sueños,
¡los sueños que invitan a seguir soñando!
le preguntó.
Mas ella no pudo responder nada.
Su progenitora
pensaba que aquello había acabado
hacía rato.
Al parecer,
no era tan así.
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La gente del entorno de su amado
no tenían idea de su existencia;
al menos, eso es lo que ella suponía.
Lo cierto
es que estando a punto de morir,
balbuceó su nombre
y pronunció otras palabras,
en un débil grito agónico,
a lo que ninguno de los presentes-ausentes
prestó la menor atención.
Ni esa persona que desconocía
y le había anunciado lo que jamás imaginó
ni quien fuera,
volvieron a comunicarse
con ella.
Así fue que la mujer
nunca se enteró del último gesto,
antes de partir,
que le había sido
indudablemente,
destinado.