La tristeza.
La tristeza
versión inexplicable.
Cuando todos o algunos
te dicen, -sin entender-:
¿por qué?
tenés esto, hacés lo que te gusta,
no como....(refieren un nombre de algún familiar
o conocido que esté pasando por alguna enfermedad
u otra situación a la que consideran terrible);
no entienden
que la tristeza
en ocasiones, momentánea,
por lo general,
incomprensible,
puede remitir
a vivencias del pasado:
no solo personales,
sino de alguno o varios
de nuestros antecesores.
Alguna vez
me dijeron que los inmigrantes
que debieron venir desde Europa
-y en condiciones no precisamente confortables-,
debido a la guerra,
cargaban, desde ya,
amén de la pobreza material,
con temores, dolor,
angustia,
¡incertidumbre!:
se trataba de un país desconocido,
¡un continente nuevo!
en fin,
esa tristeza, esos miedos,
pudieron haberse extendido a nosotros,
a pesar de que hayan sido padecidos
por abuelos, bisabuelos, tatarabuelos,
según el caso;
provenga del tiempo y de la persona
o las personas que provenga
-o de ninguno-,
no es fácil
enfrentar esa sensación de desaliento,
de desgano,
un desinterés absoluto hasta por lo que generalmente
suele atraernos, inspirarnos;
¡esa horrible sensación se nos hace eterna,
así quede reducida
simplemente, a unos instantes!