¡Se es lo que se es!
nadie debería, siquiera, intentar convencernos
de lo contrario;
si lo hace,
deberíamos desoír,
ignorar
todo lo que confronte
con nuestra propia esencia,
pese a todos, a todo,
a lo que sea;
¿de qué otro modo
podríamos caminar con la cabeza erguida
seguros de lo que pensamos, deseamos,
de nuestro sentido, de nuestros empeños?
¡nadie tiene el derecho
de interferir en ello!
¡nadie!
si alguien nos aprecia, nos quiere
de verdad,
nos aceptará en nuestros peores momentos,
no solo en los mejores,
en los días de tormenta
y en los de sol ardiente;
si no es así,
deberíamos alejarnos,
al menos, ignorar
a quienes, con determinados intereses,
buscan cambiarnos, buscan reiniciarnos...
¡no somos como robots,
desarmables y ensamblables
según el experimento de ninguno!
no queremos, no deseamos,
¡no, no y no!
ser parte de la fila de imbéciles
que aceptan indicaciones, correcciones,
mandatos
que atentan
en contra de su naturaleza,
de sus elecciones,
de sus comportamientos,
actitudes, posturas, ¡ideas!
vayamos donde vayamos,
estemos donde estemos
deberíamos llevar, siempre,
nuestro propio equipaje,
bien o mal visto por quien o quienes sean,
¡pero nuestro!
cada uno de nosotros es único,
irreemplazable, exclusivo;
eso nos particulariza,
¿Podríamos renunciar
a las singularidades que nos distinguen
de la manada
que nos conducen a pensar,
a saber discernir, a no dejarnos convencer,
a auto-determinarnos,
a defendernos de la uniformidad
que ciertos seres proponen,
esos humanoides
con artimañas, cada vez más obvias,
en su intento de "seducirnos",
de arrastrarnos a su oscuridad?
¿Somos todos iguales?
por supuesto, ante la ley, con respecto a los derechos,
a los valores, al respeto por nuestras respectivas diferencias.
¡Mas somos distintos
en tantas cuestiones!
tenemos distintos gustos, distintas capacidades,
distintos anhelos, distintas posibilidades, vocaciones,
distintas formas de encauzar nuestras "no posibilidades"
y más. Mucho más.
Aceptarnos, amarnos,
seguir nuestro sendero, pese a los obstáculos,
hará que los que sepan entenderlo,
los que hayan sabido "vernos"
y, a su vez, "verse"
nos aprecien, probablemente,
y hasta nos recuerden siempre,
en esta,
¿en otra posible vida?