Esperando,
siempre esperando,
se estudia, se trabaja,
se limpia, se escribe,
se pinta, se compone música,
¡se ama!
siempre, siempre
esperando
y aunque se logre
lo que se creyó soñar
y tal vez, fue un falso sueño
que se coló en medio de un supuesto
sueño "verdadero",
-aunque lo hayamos tomado
como cumplible-,
en ocasiones,
solo se trató de una ilusión,
ganas postergadas de hace demasiado tiempo
que se proyectaron, inconscientemente,
a fin de que ¿insistiéramos?
la espera, amigos,
nunca parece acabar;
¿siempre habrá algo o mucho
que esperar?;
un amor, una noticia,
algún dinero, una visita,
un cambio
¿Es todo?
Digo, en cambio,
elecciones renovadas,
replanificación de nuestros empeños,
un empujón
fuera del ámbito onírico
hacia lo que siempre quisimos,
hacia lo que siempre supusimos que queríamos;
¿qué perderíamos
con intentarlo?
salir
siquiera por un rato,
de la opresión
de una espera interminable;
-la muerte
nunca va a esperarnos-.
Mientras estemos por acá,
sería bueno hacerlo todo
por no esperar tanto
y apuntar al objetivo,
¡tomar esas decisiones olvidadas!
buscar alternativas:
gente nueva, ámbitos distintos,
aficiones diferentes,
¡un nuevo camino!
"el que espera
desespera",
alguien dijo
y muchos repitieron.
Repiten.