En un relato
de alguien
me vi reflejada,
aun cuando los detalles difieren;
todavía me pasan esas cosas,
todavía me acuerdo de aquello,
¡de todo o de casi todo aquello!
todavía.
Duermo abrazada
a tu recuerdo,
duermo
entre lágrimas y sonrisas,
-porque las hubo, las hay-;
no importa que ya no estés cerca
nos importa que no estés aquí, conmigo;
importa que existas.
Un indicio me alcanzaría:
¡mi sonrisa, mi mirada,
mis latidos, anhelan, al menos,
esa certeza!
es lo de menos
haber terminado y mal,
muy mal;
importan los sentimientos,
importa mi cuerpo, mi corazón, agitados
cuando se me presentan
en sueños o despierta
tu imagen, tu risa, ¡esa boca insustituible!,
tus abrazos cálidos,
tus palabras;
¡todavía lo intentaría!
si vos quisieras, pudieras, te atrevieras,
te quitaras de encima todo ese peso,
todas esas obligaciones,
¡tanto agobio,
tantos prejuicios!
¡todavía lo intentaría!
-dudo que vos
pienses, mínimamente un segundo, en ello-;
de todos modos, insisto:
¡todavía lo intentaría!
nunca le perdí la fe
a ese amor complicado,
¿tóxico? un poco,
mas...
un privilegio:
lo dicen a gritos las páginas del álbum
de nuestra increíble, irrepetible, apasionadísima
historia.