martes, agosto 06, 2019

Esa búsqueda, innecesaria, de dificultades

Tanto preocuparse
y preocuparse,

cuando se tiene un problema "real"
todo aquello,
todo cuanto nos inquietó,

en general,
en vano,

pasa a segundo lugar,
casi parece una broma,
una estupidez;

aquella búsqueda, innecesaria,
dañina,
de dificultades

apresurada,
imparable

que no condujo a nada,
pues lo que tanto se temió
nunca ocurrió;

mientras tanto, la mente,
el cuerpo se inquietan

y nos disparan
avisos, señales

de que puede ser peor,
de que puede surgir en cualquier momento

y ahí entendemos
lo que es, en verdad, importante;

pero así somos,

vivimos pensando en un mañana,
en miles de situaciones que podrían suceder,

mientras no resolvemos
nuestras cuestiones actuales,

mientras ignoramos
lo que grita a  viva voz
nuestro ser interior,
nuestro ser exterior;

lástima

que a veces, sea tarde,

y ya no haya manera de reparar
el daño que nos hemos hecho,

distrayéndonos en banalidades,
en posibles derrotas,
en posibles pérdidas,
en posibles situaciones catastróficas;

lástima

que llegue un dolor
que sea tangible,

una enfermedad
del alma, del cuerpo,

como refutación
a todos aquellas situaciones imaginarias

que tanto nos perturbaron,
nos quitaron el hambre, el sueño,
las ganas;

hasta llegamos al punto de pensar, ¡tantas veces!
en dejarlo todo,
en abandonarnos a la nada,
a nuestra nada!

solo si se presenta algo
preocupante, en verdad,

reaccionamos,

la vida vuelve a cobrar sentido,
la mirada, en la naturaleza, en el cielo,
festejamos un día más y los muchos que vendrán,

solo

si enfocamos en lo que hoy importa,
en nosotros,

en alejarnos de todo pensamiento
aniquilador,

que podría desembocar

en un hecho
inexorable.


Cristina Del Gaudio

Seguidores