jueves, diciembre 10, 2020

Cuidado con creerse el cuento de la libertad

 Creemos ser libres


y estamos encerrados.


Y no hacen falta cancerberos,


los obstáculos, en muchas ocasiones,

son solo imaginarios.


¡Presos, presos

de nuestros miedos,

de nuestras inútiles prevenciones,

de esas supuestas "seguridades"!


nos decimos libres,

nos proclamamos libre-pensadores

-y ni siquiera-;


tomamos ideas,

absorbemos, digerimos ideas de quienes 

con más o menos buenas o malas intenciones,


nos introducen.


Son sus propios pensamientos,

o lo que pretenden que sean,


que por alguna o varias razones

alcancen a determinadas personas

con determinados fines


o ninguno.


Es su modo de verlo todo,

de entender, de captar 


también, de hallar un sitial "importante"

en medio de una realidad global


que los

que nos

supera.


Por eso, quizás,

para tantos,

es preferible adoptar ese pensar ajeno,


acomodarlo

convenientemente,


fingir hasta sentirnos seguros

de estar a salvo,


cuando está en peligro nuestra cabeza,

nuestros principios, nuestras aspiraciones,


¡nuestros sueños!


lo que siempre, de algún modo o de varios,

fuimos.


Lo que somos.


Cuidado con creerse 

el cuento de la libertad.


Seamos libres, sí,


en verdad, libres


dentro nuestro.





Cristina Del Gaudio

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