domingo, mayo 08, 2022

De domingos, de otoños, de ausencias

 Yo te hubiera abrazado,

 hubiera insistido, hubiera argumentado,


 ¡no sé!


para que nunca te fueras,

para no irme


de vos

jamás;


pero claro,

esto lo veo, lo escribo ahora


que pasaron

tantísimos años,


en esa época

mi inexperiencia no pudo con aquello,


no pudo con tanto

y con tan poco,


al mismo tiempo;


yo correría

ya mismo a tu encuentro,


si no estuvieras tan lejos,

-obvio, no me refiero solo a la distancia en km-;


iría y te diría...

o te besaría con tanta intensidad


lo haría todo y más

para no perderte de nuevo;


tal vez, no serían necesarias

estas, ninguna de mis palabras,


ni de las tuyas;


pero ya es tarde


tu ausencia,

tu absoluta ausencia


es tan evidente,

así, no lo acepte del todo;


yo no sabía

que aquello era y siguió siendo

tan fuerte;


no sabía

que un día te extrañaría tanto

que me dolerían de este modo


el corazón, la piel, la carne

los huesos,


¡los años!


¡no sabía entonces

acerca de tantas cosas!


Ni  sabia bien

de qué se trataba el amor,


si lo nuestro fue amor, pasión,

enamoramiento;


quisiera que pasaras

por acá,


que te deslizaras

entre estas líneas


y supieras esto:


yo nunca pude olvidarte,

así, lo haya creído o intentado 

en mil modos;


nunca pude reemplazar

todo eso, ¡todo eso!


todo lo que éramos,

lo que sentíamos,

lo que vibrábamos,


lo que significábamos

el uno

para el otro;


y me equivoqué,

te tuve cerca y más cerca también


y me equivoqué,

volví a hacerlo,


¿por qué?


tal vez, el miedo,

tal vez, los tantos impedimentos;


quizás, el pánico

a decepcionarte,


o a enterarme

de que ya no te importaba, no te importo


ni un poco.


Es domingo.


Una tarde maravillosa,

(sabés cuánto amo el otoño);


caminé sobre cientos de hojas amarillas, ocres,

pero no fue, no es lo mismo;


es domingo

 

y los domingos los que nos hacen falta

nos hacen falta muchísimo más.


Si me leyeras

entenderías algunas cuestiones


que quedaron

sin decirnos,


en medio de ese caos

que yo misma provoqué.


Perdón 


es lo que puedo pedirte,

si aún estoy a tiempo.


Perdón. 


Hasta algún día,


hasta nunca.



Cristina Del Gaudio

Seguidores