domingo, mayo 22, 2022

Auto-encierro

Alguien

una vez,

-no hace tanto-


no se atrevía

a salir de su casa;


alguien,

supongo debo haber sido yo

le dijo, entonces,


que no habría nadie 

que lo detuviera,

que le impidiera ir adonde deseara;


lo invité a confiar

en sí mismo,

en los procesos de la vida;


¡no podía seguir allí,

ocultándose de un supuesto peligro,


un atemorizante ser o alguna circunstancia

que muy probablemente


no estuviera allí,

no aconteciera!,


tampoco unas cuadras más adelante;


finalmente, se armó de valor

y salió.


La vida seguía esperando,

siempre espera, hasta el final;


caminó algunos metros,

luego se atrevió a más


y hasta halló a un amigo

que hacía tiempo no frecuentaba,

con quien conversó largamente;


horas después, este hombre

regresó tan feliz


que nunca, nunca jamás

pidió "permiso"


para atravesar

su puerta de entrada,


ni ninguna otra.


Concluyo en que nunca se sabe

si decidimos salir de cierto estado de encierro,

físico, mental 

-o  ambos-


qué puede depararnos

cada día, cada instante,


cada encuentro.

 
















Cristina Del Gaudio

Seguidores