Un nuevo día.
Se dejan atrás
las tinieblas,
las luminarias
de los sueños;
la realidad
apunta
y acierta.
Hay que sacar fuerzas,
no pensar tanto -y pensar, al mismo tiempo-
para enfrentar
lo que nos toque.
El beso, el encuentro onírico
se esfumaron;
si hubo risas,
mucho mejor;
ahora toca
pelear este
como todos los días;
por nosotros,
por los que nos quieren,
por todas las personas.
Se levanta la persiana:
el paisaje es el mismo.
Hay problemas, hay preocupaciones
pero ningún misil,
ningún bombardeo
amenaza, sacude
nuestras casas,
nuestras calles,
nuestro ritmo
no del todo normal
pero con cierta normalidad;
recordemos
a quienes no gozan
de ello
algunos,
hace años
los habrá quienes vivirán con miedo,
los habrá resignados, tristemente habituados;
los habrá valientes: no interrumpen sus faenas
a pesar del horror, de la sangre,
de las pérdidas materiales y humanas;
pongámonos, entonces, nuestro traje de amianto
y enfrentemos los desafíos;
nada nos llegará
que no podamos enfrentar;
nada.
Ni un recuerdo,
ni un hecho presente,
ni futuro.
Basta con confiar,
dejar las rivalidades,
en la medida
en que se pueda;
que nos unan no solo los males,
sino también los bienes.
Sonreír más,
quejarnos menos;
comprender,
tener empatía
con los que más padecen
todo tipo de necesidades, carencias,
víctimas de violencia de toda índole;
querernos
mucho más
para poder querer
a los demás;
no es tan complicado
y sí lo es.
Fuimos fuertes
en momentos mucho más difíciles.
Lo seremos ahora.
Por nosotros,
por nuestros ancestros
que la lucharon siempre,
por los que nos siguen
y seguirán.
Salió el sol, ¡de nuevo!
las plantas reciben su calor,
las abejas acuden
listas para su labor,
a las perfumadas, coloridas flores;
el cielo
es la pantalla gigante
que lo envuelve todo:
el fondo ideal
para el vuelo sublime,
coreografiado
de las tantas aves;
apenas, se oyen
las voces pequeñas
de los pequeños estudiantes;
tenemos paz.
Tenemos libertad
y si nos la obstaculizan,
medios
para defenderla.
Todo está y estará
en orden.
La voluntad,
la integración,
las ganas,
el esfuerzo,
la honestidad,
los buenos sentimientos
y pensamientos,
las decisiones correctas,
harán
de nuestro lugar
un lugar mucho más vivible,
un lugar al que todos
los de todas partes
anhelen regresar,
-los que se fueron-
los turistas, a tentarse,
a planear una visita,
ansiosos por conocer
nuestras tantísimas
bellezas, atracciones;
aquí estamos,
nosotros no nos fuimos.
Y somos lo que tenemos que ser
y hacemos lo que tenemos que hacer
cada uno
desde su ámbito.
A través de su empeño,
cualquiera sea su labor,
sus proyectos,
ofreciendo y ofreciéndose lo mejor de sí:
su amor.