lunes, julio 10, 2023

Un lugar al que todos anhelen regresar

 Un nuevo día.


Se dejan atrás

las tinieblas,

las luminarias


de los sueños;


la realidad

apunta


y acierta.


Hay que sacar fuerzas,

no pensar tanto -y pensar, al mismo tiempo-


para enfrentar

lo que nos toque.


El beso, el encuentro onírico

se esfumaron;


si hubo risas,

mucho mejor;


ahora toca 

pelear este


como todos los días;


por nosotros,

por los que nos quieren,


por todas las personas.


Se levanta la persiana:

el paisaje es el mismo.


Hay problemas, hay preocupaciones


pero ningún misil,

ningún bombardeo 

amenaza, sacude


nuestras casas,

nuestras calles, 


nuestro ritmo

no del todo normal


pero con cierta normalidad;


recordemos

a quienes no gozan

de ello


algunos,

hace años


los habrá quienes vivirán con miedo,

los habrá resignados, tristemente habituados;


los habrá valientes: no interrumpen sus faenas

a pesar del horror, de la sangre,

de las pérdidas materiales y humanas;


pongámonos, entonces, nuestro traje de amianto

y enfrentemos los desafíos;


nada nos llegará

que no podamos enfrentar;


nada.


Ni un recuerdo,

ni un hecho presente,


ni futuro.


Basta con confiar,

dejar las rivalidades,


en la medida

en que se pueda;


que nos unan no solo los males,

sino también los bienes.


Sonreír más,

quejarnos menos;


comprender, 

tener empatía


con los que más padecen

todo tipo de necesidades, carencias,


víctimas de violencia de toda índole;


querernos

mucho más


para poder querer

a los demás;


no es tan complicado

y sí lo es.


Fuimos fuertes

en momentos mucho más difíciles.


Lo seremos ahora.


Por nosotros,

por nuestros ancestros

que la lucharon siempre,


por los que nos siguen

y seguirán.


Salió el sol, ¡de nuevo!

las plantas reciben su calor,


las abejas acuden

listas para su labor,

a las perfumadas, coloridas flores;


el cielo

es la pantalla gigante


que lo envuelve todo:


el fondo ideal

para el vuelo sublime,

coreografiado


de las tantas aves;


apenas, se oyen

las voces pequeñas

de los pequeños estudiantes;


tenemos paz.


Tenemos libertad

y si nos la obstaculizan,


medios

para defenderla.


Todo está y estará

en orden.


La voluntad,

la integración,


las ganas,

el esfuerzo,


la honestidad,

los buenos sentimientos

y pensamientos,


las decisiones correctas,


harán 

de nuestro lugar


un lugar mucho más vivible,


un lugar al que todos

los de todas partes


anhelen regresar,

-los que se fueron-


los turistas, a tentarse,

a planear una visita,


ansiosos por conocer

nuestras tantísimas

bellezas, atracciones;


aquí estamos,

nosotros no nos fuimos.


Y somos lo que tenemos que ser

y hacemos lo que tenemos que hacer


cada uno

desde su ámbito.


A través de su empeño,

cualquiera sea su labor,


sus proyectos,

ofreciendo y ofreciéndose lo mejor de sí:


su amor.


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Cristina Del Gaudio

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