sábado, julio 08, 2023

¡Si pudieran ver!

 ¡Si vieran

 qué bello se ve ese pino!


 la llovizna

 se desliza, suavemente,


 sobre su ramaje

 aun completo,


a pesar del invierno;


¿nos obsequiará

piñas este año?


¡si vieran!


cómo lucen


esas flores

pendiendo de ramas


algunas, desnudas,

otras, repletas, todavía, de hojas verdes.


(Hojas, ramas, flores

de las cuales se ignora su proveniencia)


¡Si vieran,

si pudieran ver!


ese cielo

en parte, gris, gris más oscuro,

con algunos reflejos luminosos


¿se asomará el sol?


¡ya se asomó!


si vieran


tantos

que viven cerca de ríos,

de lagos, de mares,

de montañas, llanuras,


en campos extensísimos,

en que por las noches las estrellas

parecen estar al alcance de las manos;


si vieran


los que la nieve

roza sus ropas, sus casas,

los caminos;


si vieran


cuanto muchos

no hemos visto


pero la imaginación

nos transporta,


nos sumerge

en la magia,


cada uno

desde donde se encuentra,


del lugar en que habita.


No hace falta

que lo exhiban en fotografías,

en videos;


los que no conocemos

ciertos lugares bellísimos,


poseemos imaginación


así crean

que no sirve, que no alcanza;


Parafraseando al gran

Jorge Luis Borges, decía algo así

como que desde el sótano de un suburbio porteño


podían crearse, escribirse, 


miles de historias.


Desde la oscuridad

puede verse la luz,


pues la luz

no es solo posesión del afuera,


cuando la llevamos dentro de nosotros.



"La ciudad, a las siete de la mañana, no había perdido ese aire de casa vieja que le infunde la noche; las calles eran como largos zaguanes, las plazas como patios(...). En la luz amarilla del nuevo día, todas las cosas regresaban a él(...)" Ficciones, Jorge Luis Borges, Kalifón S.A., Buenos Aires, edición de febrero de 2011.

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Cristina Del Gaudio

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