lunes, noviembre 06, 2023

Solo lo que el corazón dicta

 Si miro

 sus ojos,


 toda ternura,

 frescura,


 unidas

 a esa avidez


por saber,

por conocer,


por seguir insistiéndole

a la vida,


¿quién sabe?


por mucho tiempo más;


si escucho sus palabras,

renace en mí aquel tiempo

de palabras elogiosas,


dichos, frases

que me parecían tan insignificantes


frente

a alguien, -según lo percibía-,

tan grande;


reconozco

esa sensación,


ni hablar del esfuerzo absurdo por demostrar

lo poco que entonces

tenía


o creía que tenía

por demostrar.


Al fin de cuentas,

se cansó de mí


más allá de todo empeño,

de toda admiración,


de todo mi ¿amor?;


deduzco,

ahora que pasaron los años


que nunca pero nunca pero nunca


se debe renunciar

al propio pensar, opiniones,

deseos;


ni fingir, ¡jamás!

que se es de otro modo,

que se opina como el otro,


que se eligen, se aprecian

las mismas cosas


cuando no es así,

cuando nunca fue ni será así;


por eso,


¡solo lo que el corazón dicta!

y luego se verá.


no importa si llega o no,

si se recibe mal o bien,


se hace lo de uno,

lo mejor que se puede,

con toda la pasión que nos inspira;


se es


no solo el producto

de generaciones anteriores:


¡único, insustituible,

y por ello, maravilloso!


no importa


si decirlo o manifestarlo


aleja


de alguien que agrada,

a quien se cree, incluso, amar;


importa eso en el medio del pecho

cuando llama, aparece, escribe,

dice lo que sea, lo que tenga ganas,


lo que siente

o no.


Importa

esa chispa que estalla en uno


ante esas miradas,

esa voz, esos gestos,

esa presencia.


Lo que en verdad moviliza;


así se escape

la más imbécil de las frases,


así uno se considere

torpe, en ocasiones;


así

se sea tan implacable con uno mismo,


al punto de superar

a cualquiera;


urge...


¡abrazarse

para poder abrazar!


¡amarse

para poder amar!

Cristina Del Gaudio

Seguidores