sábado, noviembre 30, 2019

El demacrado transcurrir

En la calma

algo me perturba,
algo, un recuerdo,
una fotografía

grabados
en la cabeza;

una voz,
unas palabras,

una sentencia,

hacen eco
en mi mente confusa;

y no cesan,
¡no cesan!

ni en la calma

ni en la aparente calma

consigo apaciguar
mi espíritu:

demanda huir,
con extrema urgencia,

si bien, no sabe hacia dónde,

si bien, ignora
el por qué, el por quién,
el para qué;

si bien,
no puede decirme
la fecha de regreso;

pues, arde, enloquecido,
en océanos de inquietudes,

algunas, conocidas,
otras, inciertas;

que lo sumen,
casi todo el tiempo,

en interrogantes,
en dudas,
en temores,
en la más profunda melancolía;

Esta calma
es una gran calumnia,

¿cómo explicarlo?

no me preocupa
que se detecte,
ni lo que digan
o juzguen;

-por otra parte,
tantos, tan ocupados y preocupados
no se detienen
ni lo harían-;

la cuestión

es que me aterra
este vacío,

me desespera
su instalarse

tanto tiempo,
¡demasiado tiempo!

¿cuánto más?

necesito vibrar,
necesito palpitar, siquiera,
la más mínima posibilidad;

esperar, esperar ¡esperar!

más allá de que tenga en claro
que no se concretará;

me asfixia
la inercia del hábito,
de los días

todos tan iguales

el mismo orden,
el mismo sitio,
las mismas personas,

los obligados saludos, el clima,
la política, ufffffff,

conversaciones, intercambios banales,
repetidos, ¡repetidos hasta el hartazgo!

entretanto,
el demacrado transcurrir.

Añoro sentir aquello
aun, cuando me atormentaba;

incluso, a pesar del inacabable llanto,

¡qué pena que haya acabado!

extraño ese desafío,
esa pelea perdida
¡pero tan estimulante!;

esa pugna
en pos de aquello
que jamás, -lo supe siempre-
sería para mí

pero me hacía sentir viva,
me devolvía el propósito,

me hizo reaccionar,
reconocer lo que hacía tiempo no tenía

y lo ocultaba,

de mí misma,

de mil modos,

¿consciente? ¿inconscientemente?

hoy

esta paz
tediosa,

enluta
mi existir,

empobrece
mis sueños

que solo son sueños
de dormida,

estropea
todos los planes,

anuncia

lo que siempre temí:

la resignación,
el desinterés,
el desapasionamiento;

¡oh, aquella aventura,
quizás, una nueva aventura,
aquel o un nuevo desafío

parecen, cruelmente,
ya no serme

destinados!





Cristina Del Gaudio

Seguidores