miércoles, noviembre 29, 2023

Días y días...

 Pasan nubes,

 descargan su elíxir purificador;


abrimos las ventanas

para que el aire sacuda su toxicidad.


Al rato, ¡el sol!


regresa a pleno,

-nunca se fue-


y nos regala

un recorte de luminosidad,

de calor, de verano;


y se repite

el ciclo:


llega el viento,

furioso como pocas veces,


vuelan por el aire

ramas, polvo, cabello,


abrigos,

paraguas,


vuelan con ellos

nuestros sueños olvidados


¿por un rato?


hay mucho para decir,

pocas ganas, poca inspiración.


Cuesta

este resucitar


de cada día;


cuesta


decidir

cómo se sigue,

qué se descarta,


quién nos llena el alma

solo al leer o mencionar su nombre;


quien escribe o habla,

-lo que es casi lo mismo-,


sin parar


y solo nos agobia,

nos invita a auto-encerrarnos


en nuestros pensamientos

con doble llave;


días


para no hacer nada

o para hacerlo todo


o planearlo;


días para sonreír,

así cueste un poco,


para pronunciar esas palabras alentadoras

que invitan a sonreír a otros,


sobre todo,


a los que están pasándola

muy pero muy mal.


El universo será justo,

¡algún día sucederá!


y aquellos que hoy

son siervos, incondicionales

sin alternativas,

serán los amos


pero muy distintos:


sabedores


de esclavitud,

de malos tratos,

de injusticias.


Si de algo sirven

tremendos padecimientos


es de aprendizaje.


Nuevos amos

para un mundo muy diferente:


pues, serán protectores,

sin someter a nadie,


justos, equitativos,

honestos.


Y todos,

ellos, principalmente,


serán, seremos felices.

Cristina Del Gaudio

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