No entendiste
que la vida es incierta,
que ni siquiera
podemos asegurar
si mañana despertaremos,
si saldrá el sol,
si lloverá,
si hará frío o calor;
quiero suponer
que no lo entendiste.
Me alejé
para que lo hicieras.
Pero no.
¿tengo que explicarte
que desaparecer, de pronto,
sin aviso,
tiene un significado?
¿recordarte que pasó antes
y te hablé de esto:
del tiempo que corre
y cada vez nos agota más alcanzarlo,
de todo lo que postergamos
sabedores de que un día nos arrepentiremos?
¿cuánto miedo,
cuántas pérdidas,
cuánto padecimiento
son necesarios
para que vos ¡y tantos otros!
comprendan?
yo siempre supe
de esto,
-ignoro el por qué-.
Desde pequeña,
hice, dije, intenté
lo que se me ocurrió,
poniendo todo de mí;
aun así, claro que me fue mal
muchas, muchísimas veces;
de todos modos,
sentía, siento una paz indecible
por haberme arriesgado,
por no haber renunciado.
Cuando amé lo hice saber,
lo demostré,
¡nunca dejé de insistir!
porque puede no haber una segunda vez,
-o puede haber una intención
que resulte tardía-;
¡nada, siquiera, para dentro de un rato!
hoy todo se esfuma
rápidamente;
te lo dije.
Quiero suponer
que no lo entendiste
todavía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario