No sé cómo,
por qué
sucedió.
No sé
si se trató, se trata del miedo,
si ese miedo proviene de antes,
si es un nuevo miedo.
No sé
por qué hoy me miro al espejo
de verdad,
-no solo de pasada
o al peinarme-
veo
lo que veo,
lloro.
No sé
cómo empezó:
de pronto,
desapareció la magia,
-esa magia
que hallaba en tantas cosas,
sitios-;
no sé si comenzó
cuando te alejaste,
no sé si yo misma
lo provoqué
para no asistir al desmoronamiento;
solo queda este hueco
profundo, solitario.
Ignoro
hacia dónde voy,
si deseo ir a alguna parte,
si deseo quedarme;
vivo o sobrevivo
al margen,
como si fuera invisible,
(espectadora del show de la vida)
mientras todo sigue,
mientras los demás parecen saber
qué quieren, hacia dónde van,
quienes son;
aquel mundo, mi mundo,
ya no existe;
¡y esto recién comienza!
no sé
en que lugar me detuve,
por qué dejé de intentarlo,
por qué perdí el deseo, las ansias,
la fuerza espiritual;
¿soy esto que creo ser?
¿quién soy? ¿lo que quedó de aquel alguien?
¡alguien que reía
por todo,
por nada!
temo
no poder volver:
el tren partió
y ni siquiera,
intenté detenerlo.
Sobre un banco descascarado
de una estación antigua
quizás siga sentado
este supuesto yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario