miércoles, diciembre 22, 2021

Volver a apostar

 Salen


 en busca de algo

 que creen necesitar,


 en busca de...


Salen,


algunos, con miedo,


otros,

como si tal.


Salen


por no estar encerrados,

por miedo a que le impidan salir.


Por miedo.


Vuelven.


Algunos, no desearían volver


pero parece que el afuera se tornó peligroso

y el calor es agobiante;


salen y temen salir,

entran y temen entrar.


Así, 

el ser humano,


-lo que queda de ese ser

y de su humanidad-


transita sus días,

sus noches, sus desvelos;


el amor, la pasión,

los sueños que apuntan

a cierta posibilidad


encerrados,

ocultos,


casi ignorados;


siempre odié una palabra:

supervivencia.


Y dije,

aún digo:


prefiero esta otra,

que lo dice todo,

que lo abarca todo,


que reconstruye 

el sentido.


La palabra que prefiero,

así hoy resulte impronunciable,

vana,


es, claro,


vida,


siempre vida.


Lo representa todo,

está con nosotros

y en nosotros,


a pesar de que

nos tiente la idea de bajar los brazos;


está en esas voces, apenas audibles,

quizás, lejanas;


está en este escrito,


en los que intenté y no sucedieron,


en los que deseché;


está

en los que vendrán,


en lo que vendrá.


¡Está en la Navidad!


no falta mucho,

no falta nada.


Tal vez, sería preciso


despejar las pelusas

del espíritu indolente,


reencontrarse

con ancestrales quimeras,


para crear nuevas,


¡y apostar

por ellas!





martes, diciembre 21, 2021

La vida y esa insistencia

 No sabe

 la guirnalda florida


de mi paso,


no huele mi perfume,

no fue ni es testigo

de mis llantos,

de mis risas;


no sabe


sin embargo,

ahí está, enhiesta pero sin orgullo


su oxígeno

invade mis pulmones

y mi alma;


tiene la magia

que alimenta mis palabras


se renueva

mi decir;


da tanto

y nada pide,


no la moviliza mi agradecimiento

ni el ignorarla de muchos.


Cada vez que paso

mis luces se encienden al unísono;


los retos del olvido,

la certeza del instante,


acuden enseguida.


¡La vida y esa insistencia

en mi no renuncia!


así, ella

sublime, violeta


lo ignore.

domingo, diciembre 12, 2021

Tan solo un tal vez

El pasado:


amigos, alegrías

sin motivos,

sin preguntas,

sin temores, 

sin planes.


El pasado:

padres, abuelos;

nosotros: su centro,

sus seres a consentir;


El pasado hoy, ahora:

¿tabla de salvación

o naufragio seguro?


cuando el futuro asusta,

cuando se van diluyendo las certezas,


cuando se desmorona todo aquello,


cuando se nos caen

personas, cosas, lugares, hábitos,


-cuanto considerábamos

eterno-,


tienta el supuesto retorno:

la canción, la voz, el capricho,

el juego, los enamoramientos;


en verdad,


apenas, un reencuentro con cenizas

de aquello que añoramos,


de lo que nuestra imaginación organizó

con ese bagaje;


entretanto,

el presente

se nos esfuma.


Este otro domingo de lluvia tan tedioso

está por acabar;


esperamos, con ansias o no tantas

el lunes


y también pasa, se nos pasa,

rápidamente


como un rayo.


Todo termina

antes de lo esperado


o después.


No hay retorno posible,

-al menos, concreto-;


tampoco hay futuro,

no existe un mañana predecible;


no hay brujos, videntes, magos

que puedan pronosticarlo.


El presente es esto:

una lapicera, un cuaderno,

un papel cualquiera,

una computadora,


¿un poema?

¿una canción?

¿un pensamiento?


¿un lienzo en blanco,

aguardándonos?


¿una receta nueva

a la que nos atrevemos?


¿un café humeante, espumoso,

con un chocolate?


la evocación del pasado

es solo eso, una evocación.


¡el presente es de verdad!


porque lo estamos habitando

justo justo ahora.


Este mismo poema o como quieran llamarlo

pasará, a la brevedad, a un antes 


y habrá un nuevo escrito en un rato,

más tarde, mañana.


Por ahora, es solo un tal vez,


tan solo un tal vez.

Cristina Del Gaudio

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