Entre las gotas
del ventanal
observo el desfile
de todos esos trenes;
los hay
con pasajeros habituales,
los habrá
con algunos ilusionados,
con expectativas;
trenes esperados,
trenes obligados;
trenes
con parejas, tomadas de las manos;
trenes pitando
hasta el cansancio;
trenes silenciosos,
apenas, un sonido ronco
en medio del aguacero;
trenes
que evocan a otros trenes,
de otros tiempos;
pero estos trenes
en la lluvia,
fueron, serán mis preferidos;
quizás, transporten a la infancia,
a los apasionados, amorosos recuerdos
de los años jóvenes;
trenes
que se toman apurados,
trenes
que se van
o los perdemos;
trenes
que no volverán
o lo harán, convertidos en olvido.
Trenes
por los que el alma
suspiró,
aún suspira;
trenes que nos atormentan
por los "¿qué hubiera pasado si...?",
trenes que arden, todavía
en el corazón;
¡esos trenes
que llevaban amores
que juraron ser eternos!
y duraron
un instante;
probablemente,
regresaron
pero no los supimos ver,
o no lo deseamos,
o temimos
volver a abordarlos.
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