jueves, noviembre 07, 2019

Al descubierto

Atento

únicamente
a cuidarte de mí;

¡increíblemente,
yo soy, según como lo ves
o creés,
el mayor peligro!

el miedo a sentir
lo es.

No te confundas,
amigo,

lo nuestro o lo que fue nuestro
hace siglos

quedó allí,

en los pasadizos oscuros
de lo extinto;

en esas calles,
en esas esquinas,

algunas sobrevivieron,
otras, no;

en esos bares,
algunos siguen estando,
otros, no;

no hay nada que temer
más que a tu alma;

pues, la verdad
está allí:

por eso,
te alejás,
te ocultás

de su poder magnético,
de su vibrar incesante;

y buscás en la cabeza,
buscás razonarlo

y todo indica,

tu mente te asegura
que está bien así,

que todo vuelve, siempre,
al orden ¿natural?

enquistados,
destartalados

tus sueños

rehenes en ese sitio
al que no acudirías,

aun
sintiendo eso que sentís,

¡así, te ahogaras
en ese pseudo-sentimiento!

cuando la misma cabeza
que te apoya, te consuela,

te regresa
a esas sensaciones,

imágenes
que querés borrar,

¡que hiciste, hacés todo
por extinguir!

y seguís,

¿seguís?

¡deteniendo, secando
con la mano, como sea
alguna que otra inoportuna,
putísima lágrima!

antes de que se deslice,

antes de que alguien
la vea

y entonces, descubra,

¡desenmascare!

tu tan agonizante

simulacro.






Cristina Del Gaudio

Seguidores