martes, diciembre 08, 2020

El arte que rescata

 Gracias


por lo que tengo


que es mucho, muchísimo.


Tengo amor,

tengo amigos,

tengo familiares


que se preocupan

y ocupan


cuando estoy mal,

angustiada, enferma;


gracias


por la salud,


gracias


por mucha más ropa

de la que necesito;


gracias


por mucha más comida

de la que requiero;


gracias

por todos esos libros,


algunos de los cuales,

-lo confieso-,

aún no leí;


gracias


por haber podido aprender,

por seguir aprendiendo,

por las ganas de hacerlo;


gracias


por este cielo

que sin que nadie se lo pida

allí está;


gracias


por los árboles,

¡inspiradores de tantos decires!


gracias


por intentar, por poder expresarme,


por derramar tantas lágrimas aquí mismo,

entre párrafos,


por atreverme a exponer mis miedos,

mis expectativas, mis decepciones,

mi impotencia,


mis alegrías,

mis locuras;


gracias


por tantos y tantos significantes

con, sin significado,


correteando, imparables,

por una cabeza, para bien o para mal

nunca vacía;


¡gracias, vida, Dios, Universo!


por esta inclinación, inexplicable

o explicable


a este arte


que acompaña,

consuela, 

¡rescata!


enorgullece.


Gracias a todo

y a tantos que me soportaron


en esta selva literaria

a veces, llena de obstáculos,


otras, con la energía, la creatividad,

las palabras precisas,

desde la cabeza, el espíritu


hasta el soporte de turno;


desde  mí

hacia ustedes:


lectores,


a quienes, en general,

desconozco,


a todos los que por un rato,

se detuvieron, detienen por acá;


si ocurre, de pronto,

que ciertas palabras, frases,

las sienten propias,


dispongan de ellas,

úsenlas a su antojo.


Todas, absolutamente,

les son destinadas.










Cristina Del Gaudio

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