domingo, abril 13, 2025

Un corifeo natural

 Un jardín con tulipanes

 de todos colores:


 lo imagino

 como parte de esa coreografía perfecta,


 en un lugar "perfecto",

 donde todo parece funcionar "perfecto";


 cuando aquí

 apenas veo a todos esos árboles,

 corifeo de las vías del tren;


 si observo a lo lejos,

 el majestuoso pino atemporal,


 alguno que otro árbol

 ya amarillento,

 -aquí estamos en otoño-.

 

Sonrío.


 Pues probablemente, no calificaría

 según ciertos criterios,

 mentalidades, hábitos, rutinas;


 y sin embargo,

 para mí son mi naturaleza circundante,


 mi aire,

 mi estímulo,


¡Y eso que no mencioné

a mi tan admirada enredadera,

la de las flores color violeta!


pasan cada tanto, bandadas de pájaros,

ostentan sus increíbles vuelos,


¿qué más puede pedirse?


¡Y ese cielo tan pero tan azul!


enmarcando

esta naturaleza


que esté donde esté,


deslumbra, oxigena,

detiene al caminante,


lo hipnotiza.


Alguna vez

solo veía a un pino muy grande,


muy cercano a mi ventana;


pues en él 

estaba todo,


no solo lo que podía observarse,

estaban los pájaros que lo visitaban,


estaba su presencia, día tras día

con esa impotencia conífera


que me subyugaba;


¡escribí muchísimos textos

sobre ese pino, sobre lo que yo sentía,

sobre lo que yo experimentaba!


al verlo allí, tan firme y enhiesto,


apenas despertaba,


apenas la luz del sol

acariciaba mi balcón


¡incondicional!


como lo es todo

lo que quizás, tantas veces,


no apreciamos.


En fin,

no tengo tulipanes,


tengo mi retazo natural

que me convoca,

involuntaria, incesantemente,


a soñar, a escribir,

¡a renovar mis ansias!


a redescubrir

mi existencia.

Cristina Del Gaudio

Seguidores