¿Qué sucede
cuando aturden
por igual
sonidos, silencios?
¿se pone la cabeza
en cero?
¿blanco total?
¿ni ideas,
ni pensamientos,
ni voces,
ni canciones,
ni recuerdos?
¿nada?
tranquilos.
Poco a poco
irá restableciéndose
-digamos-, el "orden":
retornarán las ideas,
convertidas en retos,
los pensamientos se alivianarán,
las voces se reducirán a las de hoy,
las de ahora,
¿los recuerdos?
se recuperarán solo
los buenos,
los que tienen que ver
con momentos felices;
en menor grado, si es posible,
los que nos provocan dolor,
lágrimas,
¡añoranzas inútiles!
tal vez, los dejemos
para los domingos lluviosos...
¡No, ni siquiera!
con el tiempo
volveremos a reír, a esperanzarnos,
a soñar, absolutamente todos los días,
sueños que estimulen,
que inviten
a la gran fiesta,
la más importante, la única:
¡la fiesta de la vida!
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