Preguntarte,
simplemente:
¿seguís allí?
no me responderías,
¿eso sería o no una respuesta?
lo intenté.
Jamás me perdonaste.
Leo libros
que me incitan a evocar
tantas cosas que vivimos
o similares
y otros,
a darme cuenta del sin-sentido
de esas evocaciones;
¿qué hacer, entonces?
todavía se cruza tu mirada
con la mía;
todavía
puedo recordar aquel sabor,
aquel aroma;
revivir
ese día y el otro y tantos más.
¿Vos te acordás
en algún momento, de mi?
llegara el día final
y no lo sabré.
Moriré
y me llevaré a la eternidad este sueño:
el sueño
de un amor que lo fue todo
y más
que se me escapó
de las manos pero nunca del alma,
el sueño de un amor
único pero imposible,
tristemente
irretornable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario