lunes, enero 25, 2021

El toque mágico

 Que nuestros temas

de conversación, de lecturas,

de TV


no se limiten

a todas esas cuestiones médico-científicas:


virus, cepas, rebrotes,

paliativos, vacunas,


¡miedo!


que ese miedo anticipatorio, horroroso

a enfermarnos,

a morir;


a que la gente que queremos,

a que otras personas,

se enfermen, mueran;


¡no, por favor, que ese miedo no nos impida

seguir estando en lo que estábamos

antes de...!


que insistamos, siempre, en seguir creyendo,

imaginando, creando, haciendo,


amando,

riendo, disfrutando;


que no nos quite

el goce del hoy;


que no nos impida

respirar.


Porque aún respiramos, somos,

sentimos, nos emocionamos, nos ilusionamos,

temblamos;


porque están esos tremendos árboles,

el sol que arde con demasiada intensidad

y en otros sitios, apenas entibia o ni siquiera,


¡pero está la nieve con su toque mágico,

están los abrigos, los cafés humeantes!


hay tanto, tanto por y con lo cual

recuperar el sentido.


Pese al virus, a los rebrotes, a las cepas,

¡a los médicos, científicos!


no dejemos pasar ni un día más

sin darnos cuenta de todo esto,


¡de cuánto poseemos!


la mañana da paso a la tarde

y enseguida, llega la noche

y todo acaba.


¿Por siempre?


¡no!


para muchos, afortunadamente,

habrá muchas mañanas más, atardeceres,

con más, menos frío,


y más noches

pero que no serán final, ¡pues no lo son!


son la antesala de nuestra otra existencia:

-claro, la de los sueños-,


¡si no nos olvidamos

de soñar!


valoremos lo que somos,

lo que sentimos, lo que anhelamos,


con plena consciencia

de nuestro yo,

 

¡sin olvidarnos de agradecer

el poder estar, el poder pensar,

vislumbrar, proyectar!


dirán: el futuro es incierto,

¡pues, siempre lo fue!


el pasado pudo haber sido bueno

pero acabó;


Planeemos este ahora,

planeemos, en principio, el instante;


ya mismo, mientras les estoy escribiendo,

¿qué pueden hacer para mejorar este momento?


¡no hay tiempo que perder!


o mejor dicho,

hay mucho, mucho tiempo


por ganar.

sábado, enero 16, 2021

Los años de las risas inmotivadas

 Y eso que me dicen, 

directa, tácitamente

que no vale la pena,

que tengo que dejarte ir.


¡pasaron muchos años!


Sin embargo,

algo me incita

a reintentar y reintentar,


¿obsesión? ¿sentimiento?

¿negación a admitir

que es muy probable que haya dejado de importarte?


ignoro o creo que ignoro

el motivo;


hay días en que es esta soledad

que pesa

y el miedo, caminando a su lado,


quiere quitárselo y no...


Quizás, sea el pasado

que nunca va a cambiar

frente al peor de los escenarios:


algo que nos une

pues en aquel sitio también pasa;


un poco, el tedio,

los agobiantes rituales diarios,

el cuidado, la prevención,

su sin sentido.


El sin sentido

de casi todo o de todo.


Puede ser la añoranza

de aquel tiempo,

el de las risas inmotivadas

e incesantes,


¡de la juventud!


de los mas lindos, inolvidables

besos, miradas, sensaciones;


la cuestión es que no me resigno

a abandonar aquello,


no pude, no puedo, no quiero

hallar un sustituto,


un móvil


para que en medio de esta aterradora pesadilla

pueda hallar algún rayo de luz;


o tal vez, siga amándote;


aunque te cueste

-y también me cueste-


siquiera, considerarlo.





miércoles, enero 13, 2021

De mentiras disfrazadas de certezas

 Tengo que escribir.


No sos vos, ni yo,

ni aquello que cuesta tanto

mencionar;


tengo que escribir

porque se sabe,

todo está muy complicado


por acá;


porque está todo muy complicado

también por allá, -aunque, quizás, no tanto-.


Tengo que escribir

porque sé muy bien qué decir, qué aconsejar

a los demás;


hasta soy capaz de aliviar sus penas,

sus pérdidas,


sus ausencias;


y podemos hablar

de las fotos que casi siempre,

son sonrisas de mentira;


mas cuando me toca a mí,

no sé muy bien cómo explicármelo,

cómo incentivarme cada día,

cómo hallar algún móvil para salir del cobijo;


cómo seguir sobreviviendo,

a la espera de lo peor.


Tampoco podría definir lo que me pasa

con vos, conmigo, 

con lo difícil en más, en menos 

que está todo,


con mis propias fotos

que creí nunca mentían.


Les digo que si lo hice

ni siquiera lo advertí;


tal vez, fue una sonrisa auténtica

aunque momentánea,


me engañé por un rato

pues me sentí libre,


¡no tenía que cuidarme de esto

ni de aquello otro, ni de nada!


¡a cara descubierta!


el viento,

enredando terriblemente

mi pelo;


pero sí, en esos momentos

yo sonreía, me sentía,

me siento


feliz.


Me pasa lo mismo cuando escribo,

como ahora;


no hay demasiado invento:

entrego mi alma a quien sea que me lea,


mis pensamientos, mis más profundos temores,


mis oscuridades

insondables.


Aun, si está todo tan difícil

por estos lados,

-¡claro que donde estás vos no es tan tremendo!-;


a pesar de que algunas fotos, videos

sean engañosos,


¿qué alternativa queda?


las mentiras 

apenas, se distinguen

de la supuesta"verdad";


sus disfraces de certezas

se superan,


nos superan.


¿Importa, acaso?


por un momento, puede que se crucen

esquirlas de un pasado,

ilusiones que van desdibujándose;


¡tantos sueños, tantos besos,

todos esos abrazos!;


poco a poco

iremos olvidándolos.


Nuestras preguntas se desvanecerán,

hartas de no hallar respuestas convincentes.


Los miedos, de tan debilitados

se desplomarán;


los reemplazará

un sabor amargo,

indefinible.


Y nada habrá ya en qué pensar,

ni dudas, ni enojos, ni ansias, ni orgullo,


¡si nos privan, absolutamente, de nuestra voz,

de nuestra identidad!


no seremos nada,

nadie,


¡no seremos más!



domingo, enero 10, 2021

Pobrísimo encierro

Algo punzante

se siente,


desde hace mucho tiempo.


No quiero darle un nombre,

no quiero limitarlo


llamándolo ansiedad,

llamándolo angustia,

llamándolo enamoramiento, amor,

desamor, pasión irrefrenable;


no voy a explicar

cómo se incendian


el alma, el corazón,


mientras intento escribirlo,

necesito hacerlo


para no olvidarme,

no olvidarlo,


no olvidarte;


no existió, no existe

no existirá


aquello que mi imaginación

organizó, idealizó, 


¡a lo que dio vida!


para, por nosotros,

para  vos,


para mí;


locos, desquiciados,

tratando de ocultar de todo, de todos

tan profunda pena


por lo que pudo,

por lo que no pudo

o no se intentó


o de intentarse

no hubiera sucedido;


¡qué agonía

cuánto, cuánto dolor!


en este pobrísimo encierro

entre renglones


de tamaña sensación;


¡qué tremendo

reduccionismo!


¡qué gran injusticia!


cuando sin tener,


sin querer, sin poder

siquiera, nombrarlo,


pretendo dar forma

a versos estériles,


con simples signos,

incapaces de describir en lo más mínimo


cómo, cuánto arde,

late, vigorosa

el alma,


en tanto, está a punto de explotar


el corazón.







sábado, enero 02, 2021

Tiempos en que el sueño le gana a los sueños

 Apenas,

un atisbo


¡una efímera quimera!


aún así,

bien lo vale;


en estos tiempos

desprovistos de sorpresas,


carentes de magia,

de expectativas,

de risas;


en que el sueño

le gana a los sueños,


cuando se puede dormir:


¡una ilusión

así quede en eso y nada menos,

vale mucho más que antes,


mucho más quizás, que luego,

que mañana,

que dentro de un tiempo!


¿quién sabe?


y los ojos, la mirada

resurgen luego de la resignada somnolencia,

vuelven a brillar

desmesuradamente;


el corazón late

lo que dura el momento,


y un rato más,


como hacía largo rato

no latía;


¿cómo describirlo?


en medio de tanto, de tanto horrible,

en medio de un miedo

que no se parece en nada

a miedos que le precedieron


ese indicio

que quedó en eso,


ese vestigio

de una posible conexión,


de algo

que ya no se esperaba

y sin embargo...


bien vale

las tantas penurias,


los tantísimos riesgos,

el agobio de las innumerables precauciones


el hartazgo

de no poder hacer tantas cosas


la culpa, el temor

sobre los hombros

si se las hace;


por eso, les digo,


no desestimen

en lo más mínimo

lo que se parezca, así sea, en muy poco


a ese algo, alguien

que reaparece,

luego de haber renunciado

a su espera;


les juro


que vivir algo así,

siquiera, por un minuto,


en días tenebrosos,

tristes, de pérdidas, enfermedad,

peligro, sufrimiento,


es un elixir divino,


un rayo especial 

apuntando justo justo a nuestro espíritu.


¡un regalo del Universo!


Cristina Del Gaudio

Seguidores