jueves, agosto 26, 2021

Sepulcro

 El ayer

 busca convencerme


y no.


No sos el ayer,


¡no debería dejarme

llevar

de nuevo!


No sos

aquellos gestos,

miradas, insinuaciones,

palabras,


pasión.


Tampoco yo

soy  aquellos gestos, miradas,

insinuaciones, palabras,


pasión.


No sirve de nada

inclinarme a recoger los restos

del deteriorado barco


hundido

hace tantos años.


Apenas, vestigios

de la nave, al parecer,

imponente


pero en otro tiempo;


por más que bucee y bucee

no hallaré, no hallarás


más que deshechos, huesos, polvo,

podredumbre;


el destino podrá

mostrarme un rostro

o su fotografía;


podrá sugerirme

ponerle ganas,

-aun con tan escaso optimismo-.


No alcanza.


Sueños, solo sueños

se diluyeron, se rompieron en pedazos;


yacen en el fondo

de un mar vuelto sepulcro


de meras esquirlas,

pocas, ninguna,


de lo que fue

o pudo ser una ilusión;


de lo que fueron

o pudieron ser 


tantas.



martes, agosto 10, 2021

Libres, siempre libres

Puedo mirar, oler,

la lluvia;


puedo mirar y admirar

a esos impactantes árboles

aun celosos de su follaje


pese a la estación;


puedo ver esas plantas florecidas

esperando en el escaparate,


en las veredas

de ese vendedor de naturaleza

en macetas


y ansiar tenerlas todas


pero libres,

siempre libres;


que el viento, las tormentas,

el sol, la niebla


las recorran


como recorren

mis recovecos imaginarios,


mis recovecos

insaciables,

inabarcables;


ansiosos de su alimento,

de su cálida contención;


puedo escuchar

mil melodías


que antes te recordaban,

nos recordaban


y no.


Ya no pasa 

eso del estrujamiento del estómago,


ya no más 

la garganta cerrada,

los puños rígidos


ante la impotencia,

la terrible certidumbre


de habernos perdido

el uno al otro


sabedores

de que tarde o temprano


en verdad, ya muy tarde,


algo así ocurriría.


La cuestión

es que puedo seguir,


poner en movimiento

mi psiquis, mi poder creativo

o las ganas de que regrese;


puedo ser yo, la de antes

aunque no igual, muy similar


¡y sonreírle a la vida!


y cantarles canciones

a los recuerdos


pero solo, exclusivamente


a modo de despedida.

domingo, agosto 08, 2021

Infierno helado

¿Realmente creés

que deberías conmoverme?


según vos,

¿urgiría correr al encuentro

de recuerdos tan borrosos


que ni vos, 

ni nada, ni nadie


serían capaces

de restaurar?


¡no!


no hay tormenta,

viento, lluvia,

granizo, nieve,


ningún fenómeno climático


impulsaría

a mi extenuado corazón


a revivirlo,


al intento de hallar, siquiera, una pieza

de aquel escabroso rompecabezas;


quizás, dirás,

tenga el alma endurecida,


las lágrimas

se han fosilizado

en mis cuencas;


no hay melodía,

ni perfume, ni persona alguna,


que me incite a evocar

al monstruo que hizo de mí

esto que soy ahora


esto que jamás imaginé.


Me empalaga lo que antes

me resultaba "romántico";


no existen besos,

ni caricias, ni palabras

¡ni palabras!


que muevan

algo

dentro de este cuerpo delgado


que tanto padeció

tremenda tortura;


que logró escapar, apenas,

del infierno


de tan helada desconsideración,

tan abrupto cambio,


¡esas frases!

penetrando como podían

en mi cabeza


que ya no era capaz

del menor razonamiento.


Por eso,

aniquilé todo.


Solo quedaron cenizas

y ya casi nada.


Toda prueba,

todo indicio


en fotografías negras,

casi todas despedazadas;


arruiné tu vida,

tus certezas, ¡tus estúpidas certezas!


sin saber


-o sabiéndolo (pero no podía parar)-


que en realidad


arruinaba la mía.



viernes, agosto 06, 2021

Sustitutos vanos

De lo lindo 

que tuve,


deseé tener,


quizás, 

fuiste, seas parte importante;


muchas veces lo creo,


en especial, cuando me siento

algo desvalida,

desorientada,


sin personas

con quienes compartir esto

ni otro tipo de sentimiento


o palabra;


hubo en eso lindo,

vivido hace tiempo,


mucho de algo que se dio entre nosotros,

un estallido que tildamos como único, exclusivo.


En fin,

si consideramos estas instancias aciagas,

de desapego, falta de incentivos,

sueños destrozados


a golpes,


en verdad

fue maravilloso.


No importa si vos lo ves de ese modo,

lo veías o lo viste,


si lo valoraste,

si aún lo guardás en tu cabeza,

en tu alma


como a un bien preciado,

como a un cierto privilegio;


¿debería estar agradecida?


no acuden más que pensamientos negros

todos los días,


-también en las noches-,


a esta, mi pobre mente,

siempre atiborrada de palabras

que pugnan por abrirse paso


y no, no quiero,

no añoro, 


ya no es divertido

plegarme a su juego;


pero volviendo a los tiempos

en que sí pasaban cosas


que justificaron y justifican este

y tantos escritos,


podés estar seguro

de haberme acompañado.


Yo lo estoy,


sobre todo 

en determinadas situaciones.


Ahora,

por ejemplo.


Es entonces

que ahí se te vislumbra:


tu imagen, tu impronta, tu voz


desdibujadas,


retratos desencajados

de una época caduca;


sustitutos vanos

de esta,


la peor

de todas las soledades.

Cristina Del Gaudio

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