martes, diciembre 06, 2022

Remiendos

 Conectarse.


 ¡Qué difícil!


 que el interlocutor, quien sea,

 entienda,

 exactamente o en parte


qué quisimos decirle, sugerirle,

insinuarle;


no solo sucede

con el lenguaje escrito;


en la oralidad,

también aplica:


virtual

o personalmente;


¿qué hacer?


¿seguir y seguir

intentándolo?


¡uffff!, demasiado esfuerzo,

-por lo general, inútil-;


el receptor de turno

va a escuchar lo que quiere o puede escuchar;


va a leer lo que quiere 

o puede leer


y comprender;


claro que se pierden personas:

algunas, valiosas,


queridas;


amistades

tal vez, de toda una vida,


por este obstáculo

nada menor,

de la incomunicación;


uno pude tratar

de remendar ciertos quiebres.


Pero son solo eso:

remiendos;


A la larga,

a la corta,

se deshilachan,


hasta romperse.


Aceptarlo.


No queda alternativa.


Y seguir

con lo de uno, 


con sus propios remiendos


y elegir, ¡elegir!

cuál se dejará romper


para así 

renovar la "tela";


y cuál o cuáles,

por qué motivos,


hasta cuándo,


seguirán


remendándose.




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Cristina Del Gaudio

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