lunes, marzo 25, 2024

Falsos ídolos

 ¡Qué patéticos,

  los humanos!


  se cuenta la cantidad de muertos

  y nadie entiende, ¡nadie, salvo sus allegados!


 lo que UN SOLO MUERTO representa

 para una familia, para sus amigos, para su entorno;


se enfatiza en lo irrelevante,

-quizás, intencionalmente-;


¿sería menos doloroso -o menos perjudicial

para algunos-, si hubieran sido menos?


¿o más?


así, con todo.


Una princesa, candidata a reina,

tiene que contarle al mundo que padece una enfermedad grave

y aclara que no se preocupen, que se queden "tranquilos":


se refiere a su pueblo,

sus supuestamente, futuros súbditos;


¿qué nos pasa?


¿convertimos en dioses

a otros seres humanos 

que a semejanza nuestra,


padecen, lloran, se alimentan o no pueden hacerlo,


tienen sufrimientos

o no los tienen;


aman, dejan de ser amados,

vuelven a amar?


¿alguien es dueño, acaso,

de la vida de los otros?


se trate de un clérigo, de un príncipe,

de un rey, quien fuera;


se busca protección

en quienes no pueden ni deben dárnosla;


todo por no hurgar

en nuestro interior;


todo por no saber

qué nos pasa en verdad,


por qué tapamos situaciones

que nos superan


con banalidades,

con supuestos seres "modélicos";


pasa también con los futbolistas,

por ejemplo,


con cantantes, actores,

con pseudo-adivinos, 

psicólogos -serios y de los otros-;


¿cuándo vamos a hacernos cargo

de nosotros mismos?


somos grandes ya.


Y todavía:

la sombra del presidente, del eclesiástico,

del rey, en otros contextos,


pendiendo

en nuestras cabezas,


¿a modo de amuleto

para la suerte?


basta de falsas deidades, reyes,

presidentes, defensores de derechos humanos o inhumanos


que se consideren

como a padres a nuestro cargo.


¡no debería haber "defensores"

de nuestras vidas!


¡jamásssss!


es la vida que elegimos,

es la que decidimos seguir,


con, sin errores,


con, sin problemas,


con, sin miedos,


con, sin inseguridades,


con, sin enfermedades.


Nuestra existencia no puede estar en manos

de ningún gurú, de ninguna persona

de ningún ámbito,


¡tampoco de nuestros maestros!


pues ellos

fueron y serán quienes traten de inculcar SU modo de ver,

de pensar o repensar la historia y todo lo que implica


a su manera;


informémonos, abramos los ojos,

pensemos por nosotros mismos;


no nos atemos

a quimeras, promesas,

falsos "salvadores";


son todas mentiras,

son rituales caducos,

son historias que pasaron de generación en generación


y se fueron descomponiendo


en este enjambre de números, de dudas,

de temores, de falacias


que inundan nuestro discernir.


No importa la cantidad de muertos,

¡importa que murieron!


importa los que los mataron

o hicieron algo que los llevó a la muerte;


¡importa que ya no están!


y no pueden defenderse.


Busquemos la verdad,


¡no lo que convenientemente

nos cuentan!





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cristina Del Gaudio

Seguidores